Capítulo 29: ...Pero mal al mismo tiempo

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—Es que me lo has repetido muchas veces, y ya cansa. Que no soy tonto, que se las consecuencias de estas mierdas.

—Bueno vale, no te lo repito más.

En verdad tiene razón, soy pesada con este tema... Pero solo quería que no se metiese en problemas.

Nayla se puso con el móvil y se metió a instagram por primera vez en unos días, le había escrito Bryant, el chico de la Renfe.

—Hola, soy el chico de la Renfe ¿qué tal estas, encontraste a la chica? — Hace dos días.

—Hola, perdón por no contestar, no cojo mucho el móvil. Y no, no encontré a la chica. — Ahora mismo.

—Ya me he dado cuenta, hahaha. No te preocupes. ¿Que tal todo?

—Bien, esperando a unos amigos ¿y tú?.

—Muy bien ahora que me has contestado. Pensaba que no me contestarías.

—Contesto, tardo pero contesto.

—Había pensado, ¿te gustaría quedar un día?

—Depende de, para que quieres quedar.

—Nada más que para conocernos, tomar algo por ahí. No quiero que pienses nada raro, no tengo ninguna otra intención.


Bueno, podría quedar con él, no me dio malas vibras cuando le vi y así desconecto un poco de todo...

—Pues yo soy de salir de noche, a lo mejor en un rato puedo salir.

—Yo me refería a otro día, pero si te apetece quedar en un rato por mi encantado.

—Vale, en un rato te escribo y te confirmo si puedo o no. —

—Vale.

La verdad es que necesito desconectar con alguien, llevo días sin poder hacerlo... Siempre esta pasando algo, necesito parar aun que sea media hora.

— Que raro, tu usando el móvil.

—Llevaba días sin usarlo. — Dije algo seria.

—Que seria estas, ¿te pasa algo?

—No Beny, no pasa nada.

—No me convence ese, "no pasa nada". Si necesitas hablar sabes que estoy aquí para escucharte, ¿verdad?

—Pues, a ver... — Llaman al telefonillo.

—Voy yo, a ver si son estos. — Beny se levanta y coge el telefonillo —  ¿Quién?

—Abre, soy yo Morad con Jazmín.

—Ah, vale. — Beny abre la puerta del portal y deja la del piso entornada para que no tengan que llamar.

—Menos mal, ya están aquí. — Dije aliviada.

—Si, menos mal. Oye, cuéntame ahora después lo que te pasa.

—Da igual, no es nada importante.

—No da igual, luego me cuentas.

—Que puto miedo he pasado, joder. — Dijo Jazmín entrando por la puerta junto con Morad.

—¡Jazmín! — Grité mientras iba a abrazarla.

—Por fin, se acabó todo... — Dijo Jazmín mientras se le saltaban las lagrimas.

—Tranquila tía, ya estas a salvo de ese imbécil.

—Hay que andarse con ojo, ese tío sigue suelto por ahí de momento. — Dijo Morad algo cabreado.

Inestabilidad mental Donde viven las historias. Descúbrelo ahora