— ¿Qué quieres? Te he dicho que no vengas, déjame en paz.
— Estoy llegando, acabo de aparcar.
— Bryant, te e dicho que no quiero que vengas.
— Me da igual, vamos a hablar las cosas. No me a gustado nada lo de antes lo del tío este y estas cosas se hablan en persona.
— ¿Tu no entiendes que no quiero hablar contigo?
— Baja, estoy llegando a tu portal. — Finaliza la llamada.
Me cago en la puta, que pesadilla de tío. Como me toque los huevos se va a enterar...
Volví a entrar al salón bastante cabreada, dejando el móvil de un golpe en la mesa.
— Ey relájate, ¿qué pasó?
— ¿Están las pistolas cargadas?
— ¿Que querés hacer?
— Tranquila, no quiero matar a nadie. ¿Están cargadas o no?
— No, no lo están, pero dime qué querés hacer.
— Nada, tranquila. — Dije sacando una pistola de la mochila.
— Nayla, para.
— Luego os explico todo, no pienso hacer nada malo, de verdad.
Cogí la pistola y salí del piso, bajando por las escaleras me aseguré de que no estuviese cargada. Mi plan era asustar a Bryant en caso de que me molestase mas de la cuenta.
— Por fin...
— Bueno, ¿qué quieres hablar?
— Lo de antes, explícame porque de repente no me contestas. Estábamos genial, hasta que a aparecido el gilipollas ese.
— No es hasta que apareció él, y no le insultes. Si tengo cosas que hacer y no puedo coger el móvil no puedo hacer nada, es lo que hay Bryant.
— Nayla, dime la verdad. ¿Me has puesto los cuernos con el imbecil ese?
— Qué le dejes de insultar, y no te e puesto los cuernos con él porque ni si quiera somos algo y a parte, no me e liado con él. Así que deja de darme el coñazo con este tema.
— Es que me estas mintiendo. Te dije que quería algo serio contigo y te dije lo que me gustabas, si no querías nada conmigo me lo podrías haber dicho antes de hacerme ilusiones.
— Antes si que quería algo contigo, pero ahora ni en tus sueños. Eres un tóxico, no me vuelvas a llamar en tu vida.
— ¡Qué te esperes! Estamos hablando. — Dijo Bryant agarrándome el brazo.
— ¡Suéltame hijo de puta!
En ese momento hice fuerza y conseguí que me soltara el brazo. A lo lejos vi como se acercaban Morad y Beny hacia mi portal, aún no nos habían visto.
— Me da igual lo que digas, vas a ser mía. — Dijo Bryant volviéndome a agarrar del brazo para acercarme a él.
A los pocos segundos Morad y Beny vieron lo que estaba pasando, se empezaron a acercar rápido hacia nosotros.
— Ni en tus putos sueños, loco esquizofrénico. Y suéltame o te juro que te vuelo la puta cabeza.
Quería sacar la pistola para asustarle y que se fuera, pero con la mano mala no podía abrir mi riñonera para sacarla.
— ¡Hijo de puta! — Dijo Beny mientras corría hacia nosotros.
— Ya está aquí otra vez el gilipollas. Te vas a cagar hijo de puta.
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Inestabilidad mental
Ficción históricaA Nayla le acaba de dejar su novio después de casi dos años de relación, le puso los cuernos con una de sus mejores amigas, Noelia. De madrugada le llegó una llamada de uno de sus mejores amigos (Rafael), diciéndole a Nayla que Emilio (el narco para...