Capítulo 33: La trampa

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— Cógelo...

— Julia, ¿pasa algo?

— Nayla, por favor ven cagando hostias para acá. — Dijo Julia llorando.

— ¿Qué coño pasa? ¿Dónde estas?

Donde la ultima vez... no puedo hablar mas, ven ya. Traer las pistolas... — Dijo Julia en voz baja.

Pásame la ubicación, voy para allá. — Se corta la llamada.

Nayla, ¿qué pasa? — Dijo Beny muy preocupado.

— Julia esta en apuros. — Dije levantándome de encima suya. — Me a dicho que vaya con las pistolas, algo gordo esta pasando. — Dije mirando el móvil.

Mierda, ¿dónde esta?

— Me a pasado la ubicación.

— Vamos.

No Beny, tu no vienes. Puede ser muy peligroso, esta gente esta muy loca. — Dije mientras salíamos de la habitación.

— Me voy.

— Ni se te ocurra irte sola. Nayla, ni de puta coña.

— Es verdad, las pistolas. — Fui a la habitación en la que estaban guardadas y las cogí.

— ¿Qué os pasa ahora? — Preguntó Morad.

— Que esta Julia en peligro y esta loca quiere ir sola.

— ¿Que ha pasado? — Preguntó Jazmín preocupada.

— Es lo que no sé, joder. Me a dicho que vaya armada.

— Pues vamos para allí. — Dijo Jazmín.

— Que no, ninguno venís. Que os puede pasar algo, no me entretengáis más me voy. — Dije mientras abría la puerta del piso.

Nayla, que no. — Dijo Beny agarrándome el brazo.

Beny, sueltame.

— ¿Cómo coño pretendes ir sola? No sabes lo que te puedes encontrar allí. — Dijo Beny agarrándome más fuerte.

— Por eso mismo Beny. Me estas haciendo daño, suéltame.

— Venga, vámonos. — Dijo Morad.

— Esperar, que voy a por un cuchillo jamonero. — Dijo Jazmín mientras iba a la cocina rápido.

— Chico, ¿me quieres soltar de una puta vez? — Dije cabreada.

— No, que te escapas. Espérate.

— Ya esta, vámonos. E cogido dos. — Dijo Jazmín jugando con uno de los cuchillos.

Salimos todos del piso y fuimos hacia mi coche.

Joder, como les pase algo no me lo voy a perdonar... Todo por el puto Rafa, ¿en que momento decidí ayudarle y hacer el puto plan de mierda?

Déjame conducir a mi. — Dijo Beny.

No, es mi coche. Si quieres conducir conduces en el tuyo. — Dije entrando al coche.

— Nayla, relájate un poco. — Dijo Morad.

— ¿Como coño me voy a relajar? Llevo una fumada encima tremenda que me esta haciendo que me emparanoie un huevo, más la mierda que tengo día y noche en la puta cabeza. — Dije arrancando el coche.

Inestabilidad mental Donde viven las historias. Descúbrelo ahora