Capítulo 70: Los ojos no mienten

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— Nayla. — Dije bajando del coche.

— Dame el puto tabaco.

— Toma... — Dije dándole la cajetilla junto con el mechero.

— ¿Qué te pasa en la puta cabeza? ¿Querías matarme o qué? ¿O querías matarte a ti? — Dijo Nayla tras encenderse un cigarro con los ojos llorosos.

— Tranquila, no ha pasado nada.

— No ha pasado nada porqué lo evité. Y te voy a decir una cosa, por mucho que te duela; Fátima te esta jodiendo mentalmente, esa chica no es buena para ti, es pura toxicidad. Y no sé si es que no te das cuenta o es que no te sale de los cojones verlo, pero es qué te vas a acabar matando porque te esta jodiendo mucho la cabeza. Date cuenta, Fátima no es para ti y no entiendo por qué cojones no la dejas cuando lo único que hace es joderte la existencia. No te quiero muerto, ¿sabes? Y menos por culpa de esa niñata que no te valora ni ve lo bueno de ti, que solo sabe sacarte mierda y discutirte todo.

Simplemente, no dije nada. Me dolió mucho lo que me dijo Nayla.

¿Cómo le digo ahora que no sé como dejarla? Y que sigo enamorado de ella y no sé como asimilar esto que siento...

— ¿No vas a decir nada?

Joder, es que tiene razón... Y no quiero ver lo que sigo sintiendo por ella...

Sin decir nada, me acerqué a Nayla mirándole a sus ojos aún llorosos, me quedé parado unos segundos mientras la miraba y pensaba en si besarla o no, pero finalmente acabé abrazándola por miedo a su reacción.

— Tranquila, te prometo que no volveré a hacer esto nunca más, ¿vale?

Nayla no respondió, aguantándose el llanto mientras le acariciaba el pelo con la esperanza de que se tranquilizase.

— Beny, mírame a los ojos. — Dijo Nayla apartándose de mi.

— ¿Qué pasa?

— Prométeme, mirándome a los ojos que no lo vas a volver a hacer.

— ¿Para qué quieres que te lo prometa mirándote a los ojos?

— Porque así sabré si me lo estas prometiendo de verdad y no lo volverás a hacer, los ojos no mienten.

— Vale... Te prometo que nunca voy a volver a conducir de esta manera.

El brillo de sus ojos...

En ese momento recordé las veces que nos miramos a los ojos estando juntos.

Le brillan de la misma forma que antes, cuando estábamos juntos...

Seguimos unos segundos más mirándonos a los ojos, hasta que ella se apartó.

NAYLA;

— ¿Estás mejor?

— No. — Dije tras darle una calada al cigarro.

— ¿Hay alguna forma de hacer que estes mejor?

— La verdad es que si, hay una forma. Pero no querrás... — Dije mirando a otro lado con los brazos cruzados.

— ¿Cual? Hago cualquier cosa para que te sientas mejor y quitarte el malestar que tienes.

— Da igual, ya se me pasará.

— No, Nayla dime que puedo hacer y lo hago, sea lo que sea.

— ¿Sea lo qué sea?

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