Capítulo 65: Día eterno

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— ¿Es importante?

— Bueno, depende de como lo veas tú, para mi si lo es.

Joder, tenía que pasarme esto justo ahora que no tengo tiempo.

— Mañana podré hablar o sino nos apartamos un poco en el local y hablamos.

— Vale, pues en el local y ya esta. Pues luego nos vemos, no te entretengo más.

— Venga hasta luego.

¿Qué me querrá decir? Joder que intriga... Voy a pasarle la ubicación antes de que se me olvide, a él a Omar y a Morad así ya no se me vuelve a olvidar.

Les mandé la ubicación y fui a recoger a Lali a su casa para ir al local.

— Hola guacha. — Dijo Lali entrando al coche.

— Hola, vamos ahora al local.

— Si, vamos.

— No hay mucho tiempo, tenemos que ir allí y quiero ayudar un poco a montar las cosas ya que nos dejan que cantes y eso. Tengo que llevarte luego a casa, arreglarme, traer a estas y luego ir a por ti otra vez. 

— No hace falta que luego me recojas, ya me apañaré. El caso es saber dónde está, como entrar luego para que no me vean y bueno tendré que practicar algo ahora.

— Si, ahora cuando lleguemos se lo decimos a Bryant.

Pasó un rato y llegamos al local, ya habían empezado a preparar las cosas.

— Hola guapa.

— Hola Bryant, esta es Lali la novia de Julia. Es la chica que te comenté antes.

— Encantado Lali, ¿entonces vas a querer cantar?

— Si, quiero cantarle una canción a Julia.

— Vale, pues mira os enseño el local.

Empezamos a seguir a Bryant para que nos enseñe el local, era bastante grande.

— Y por ultimo este es el escenario, no es muy grande pero esta bien, ¿no?

— Si, esta perfecto Bryant. Gracias por dejarme cantar, le va a hacer mucha ilusión a Julia.

— No hay de que.

— Vamos a seguir montando las cosas, que quiero ayudar y no tengo mucho tiempo.

— Pero, ¿y la muñeca? No e caído en eso hasta ahora que te la e visto...

— No te preocupes Bryant, en algo puedo ayudar.

— Vale, pero ten cuidado no quiero que te hagas daño.

— Si, tranquilo.

Empezamos a ayudarle a él y a sus amigos a montar algunas cosas que faltaban, sus amigos eran bastante agradables y graciosos. Cuando terminamos Lali practicó un poco la canción que va a cantar esta noche.
Pasaron unas horas y ya se hicieron las ocho y media. 

— Bueno, pues ya esta casi todo. Gracias por ayudarnos, si queréis iros ya a casa a arreglaros.

— Si, nos vamos a ir yendo ya, que tengo que dejar a Lali en su casa.

— Vale, pues luego nos vemos.

Lali y yo salimos del local y nos fuimos al coche. La verdad es que me había echo algo de daño en la muñeca, no tuve apenas cuidado.

— ¿No estas nerviosa? — Le pregunté a Lali mientras entrábamos al coche.

— La verdad es que sí, hace mucho que no canto y siento que no me a dado tiempo a practicar lo suficiente.

Inestabilidad mental Donde viven las historias. Descúbrelo ahora