CAPITULO 21 MI VERDUGO Y MI SALVADOR

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Mia entro furiosa a la oficina de Luka y le increpo.

— ¿Qué le hiciste a Sabrina?

— ¿Qué le hice? –pregunto con ironía y molesto al sentirse cuestionado-Tener un gesto con un regalo por su cumpleaños-señalo mirando los dos regalos que Sabrina había dejado sobre su escritorio- pareciera que cometí un pecado capital

— Solo eso hiciste- pregunto desconcertada y bajándole al enojo.

— Si, y me reclamo-bufo- incluso hablo de aceptar una propuesta de trabajo de Cristhofer. ¡Vaya con el príncipe encantado siempre queriendo quedarse con mis novias!

— Bueno Violet te prefirió a ti desde el principio y Sabrina no es tu novia-le recuerda esto ultimo clavando ese puñal que lacera su corazón.

— Entonces es eso, ¿venganza? Como le quite a la mujer que el quería en el pasado, ahora me quita a la que yo...- callo

— Dilo- lo insto Mía.

Luka suspiro profundo y lo dijo.

— Lo sabes, a la mujer que amo.

— Entonces has lo que debes hacer para volverla a tener, olvida el pasado- le aconsejo en tono empático- no puedes dejar de lado a alguien que amas tanto solo por temor a volver a perderla. No te compliques tanto y vive el presente.

Luka salió de detrás de su escritorio y fue hasta que su hermana y la envolvio en sus brazos, besando de costado su cabeza como muestra de agradecimiento por siempre estar allí, apoyándolo, algunas veces diciéndole hasta lo que no quería oir, otras veces aconsejándola, pero siempre siendo su hermana.

— Gracias Mia- le dijo simplemente- ¿Ahora dime por qué estabas tan alterada cuando entraste aquí- cambio el tema Luka pues dejaría esa respuesta cuando pudiera esa noche pensar con cabeza fría y con sus emociones en neutro.

El jamas fue una persona espontanea que tomaba las decisiones a la ligera, todo en su vida era fríamente calculado, así siempre le habían funcionado las cosas, aunque tenia que reconocer que el amor era otra cosa muy diferente.

— Es que acabo de ver a Sabrina en el baño y lloraba sin control, estaba totalmente destrozada y pensé que habían discutido y..

— ¿Dónde esta?-no la dejo terminar, preocupándose al extremo.

— Me pidió si podía irse

Luka no quiso saber mas, tomo su chaqueta y salió presuroso de la oficina.


Sabrina subía al elevador y cuando las puertas se cerraban alguien la detuvo.

Al alzar la mirada, sus ojos llorosos se encontraron con los de Luka que penetro en el elevador y las puertas se cerraron.

— ¿Qué te pasa ¡por Dios! –ahueco su rostro y la escudriño con su mirada, mientras ella luchaba por no permitir que de nuevo las lagrimas la traicionaran.

Ella solo negaba con su cabeza y trataba de librarse de su agarre, pero el no estaba dispuesto a dejarla ir y así se lo hizo saber.

— Sabrina y no me pidas que te deje? ¿fue por la discusión? se que no fue solo por eso, algo te pasa

— No me pasa nada, solo se que te odio Luka- le soltó con rabia pero solo era un intento desesperado por alejarse de el- déjame en paz.

— No te soltare, no te dejare, no lo haré.-replica buscando su mirada.

El elevador se abrió en el tercer piso y al ver que había personas por entrar, entre ellos el jefe de recursos humanos y Patricia Morell que estaban asombrados de ver al jefe y a la empleada en esa situación de intimidad que seguramente los llevaría ser la comidilla de todo el edificio, situación que ella aprovecho para escabullirse por las escaleras.

Pero el no estaba dispuesto a dejarla ir y poco le importaba o que pensaran sus empleados al verlo correr tras una empleada, ellos no sabían su historia, no sabían cuanto amaba a esa mujer y lo que le destrozaba verla destruida.

Le dio pronto alcance en las escaleras y la hizo volverse pegándola contra su pecho y ella cansada, sobrepasada por toda la situación ya no tuvo la fuerza de voluntad de alejarse de el, se sentía bien ser abrazada por el, sentir su cercanía, su apoyo, creer por un momento que el seguía amándola, que le importaba, que le afectaba todo lo que le pasara.

— ¿Me dejaste Luka porque no soy nadie?-pregunto en trance dolida recordando que para su padre eso era, "nadie"- porque no valgo nada, jamás debí nacer, debí morir y debió vivir mi madre.

Sujeta su rostro entre sus manos, mirándola fijamente a los ojos.

— Estas diciendo que tu madre murió en el parto- ahora entendía todo-No fue tu culpa.

Sacude la cabeza, intentando alejarlo de ella. Lo empuja con fuerza pero solo logra que retroceda unos centímetros y vuelve a tomarla en brazos y deja de luchar, se permite recibir su abrazo, ya no puede evitar que las lagrimas fluyan convirtiéndose en sollozo desgarrador.

Cuando se siente lista se separa y lo mira a los ojos y supone que su cara debe ser un desastre, el maquillaje corrido y su cabello desprolijo, aunque es lo que menos le importa sino el hueco que hay en su corazón.

— No es lo que mi padre cree, el me odia, ¿porque tu y no ella?, sus palabras están grabadas en mi corazón, por eso no permito que nadie celebre mi cumpleaños, mis amigas lo saben.

Ve su manzana de adán apretarse cuando traga saliva

El esta enojado no con ella sino con el desgraciado de su padre a quien quisiera tener enfrente en estos momentos para propinarle una soberana golpiza por causarle un daño tan marcado, por eso esta tan herida, tan dañada, por eso sus inseguridades y su baja autoestima y que el también contribuyo cuando la dejo de aquella manera tan cobarde.

— ¿Por eso te molesto mi regalo?.-pregunto despejando su cara de los cabellos que le habían caído al frente.

— Déjame Luka, eres la persona menos indicada para contarle esto-dijo volviéndose a poner a la defensiva- para que me consueles recuerda que tu me causaste un dolor mas grande.

— Lo acepto, pero en estos momentos necesitas un amigo y eso puedo ser, olvidemos por un momento el pasado.

Tomo una respiración tratando de encontrar un equilibrio en sus emociones y concluyo que solo con el podía tener paz y pidió.

— Llévame a casa.

Así se dejo llevar por el y en el camino concluyo que ciertamente Luka era quien mas daño le hacia pero también el único capaz de repararla.

Era su verdugo pero también su salvador

¿Tan enamorada o masoquista era?

SOBREVIVIENDO A MI EXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora