SOBREVIVIENDO A MI EX

CAPITULO 42 AMORES QUE SIGUEN, AMORES QUE TERMINAN

— Cristhofer fui una tonta al acusarte de...

La callo con un beso

El no exigiría explicaciones

El jamás la juzgaría

El era así, un Superprincipe.

— Vamos a casa que quiero prepararte unos deliciosos raviolis y no aceptare excusa- le dice en tono autoritario pero lo delata su bella sonrisa.

— Tampoco es que quiero decir que no- respondió ella sin tener dudas.

Cristhofer le abrió la puerta del auto como todo el caballero que era y luego rodeo el auto para montarse del lado del conductor y lo puso en marcha, tomando su mano y de vez en cuando dirigiéndole una mirada llena de amor.

Nick paso por la oficina de Mía y vio que ella se estaba alistando para irse.

— Mía ¿ya te vas? Precisamente venia a invitarte a cenar – al notar su mirada cuestionadora añadió- es para que hablemos sobre el plan que pondremos para atrapar al espía.

Mía respiro profundo sin poder evitar el dolor que le hacía sentir esta situación con Nick, después de todo lo amaba con todo su corazón.

— Como es un asunto de trabajo, lo hablaremos mañana en horario laboral.

A Nick le molesto su fría actitud aunque reconocía que se lo había ganado, sin embargo de mala gana expreso.

— Tendré que anunciarme y pedir cita para hablar ahora contigo- señalo con resentimiento- al final de cuentas será tu empresa, así que la más interesada en que este asunto se resuelva es tuya.

— Si y no estoy negándome-aclaró en la misma actitud de enfado- solo que tengo una cita y no pienso faltar así que aplacemos esta conversación para mañana.

Nick no estaba dispuesto a ponérsela fácil y con los brazos cruzados y delante de ella siguió cerrándole el paso.

— ¿Una cita? ¿Con Marcello?- bufo evidentemente fuera de sí y lleno de celos.

— Si con el- reconoció.

Nick soltó un bufido furioso y con desprecio puntualizo:

— No pierdes tiempo, aunque en este tiempo que he estado ausente imagino que lo has visto con mucha frecuencia.

— Somos muy buenos amigos- señalo ella decidida a no dejarse apabullar por él.

— Ningún hombre es amigo de una mujer –mascullo entre dientes y posando su mano en su rostro obligándola a mirarlo a los ojos pregunto-¿ya te beso? ¿ya se acostaron?

Mía retrocedió unos pasos para alejarse de él y soltó molesta:

— Juzgas a todos por ti, puedo decir que tu si eres de ese tipo.

— Nunca prometimos que seriamos exclusivos-indico- sin embargo ambos sabíamos que estaba implícito, en mi caso no me gusta compartir lo que es mío y tu eres Mía

— No lo soy, ya no-le grito con odio- además que me dices de ti, me has sido totalmente fiel.

El arqueo una ceja como si realmente su acusación estuviera fuera de todo orden.

— ¿A qué viene eso?- cuestiono.

— Hace dos semanas te llame y me respondió una mujer ¿quién era? ¿una aventura de una noche?

Mía noto como el de pronto se ponía incomodo guardando silencio culposo y entonces con el dolor que eso implicaba le estaba dando la razón.

— Vete a la mierda Nicholas- le dijo tratando de pasar por su lado para irse cuando sentía el pecho comprimido por el dolor y los ojos se empezaba a cuajar de lágrimas.