SOBREVIVIENDO A MI EX

CAPITULO 41 DUELE DECIR ADIOS

Mía ve entrar a Nick en la sala de juntas, luego que ella ha termino una reunión con los creativos y su corazón se contrae de dolor.

Nick había viajado desde aquel incidente con respecto a su sospecha de embarazo y donde él fue tan duro y categórico en su posición de no querer tener hijos, por ende a ella le quedo claro que jamás podía aspirar a que un día él le propusiera matrimonio, así que eso la ponía en una encrucijada ¿Podría ella sacrificar su deseo natural de ser esposa y madre, tener su propia familia solo por mantenerlo a su lado?

Se veía tan guapo como siempre con su camisa azul marino, pantalón caqui, pero su semblante era serio.

Lo había extrañado tanto y solo sus conversaciones por whattsApp con Mathew y una que otra salida esporádica no habían permitido que sucumbiera en la depresión.

No era tonta para no saber que él no tenía otro interés en ella, sin embargo siempre le dejaba en claro que solo podía ser su amiga, aunque a veces se sorprendía ella misma pensando si esa relación en algún momento podía dar un giro inesperado.

Mía tomo sus carpetas de la mesa y se dirigió a la puerta, decidida a ignorar a Nick.

¡A la mierda con él!, se fue por casi dos meses y en ese tiempo ni siquiera le había llamado.

Era un idiota, hasta debió acostarse con alguien más, porque así era él, un desgraciado mujeriego, bueno al menos lo fue antes de que ellos se volvieran pareja formal, pero estando con ella no había descubierto ninguna infidelidad. Sin embargo hacia unas dos semanas no resistió y le llamo a su habitación de hotel y le había contestado una mujer, y por ¡Dios eran las 10 de la noche!, así que podía imaginar qué tipo de visita era esa.

Cuando paso por su lado, Nick la agarro por el antebrazo, reteniéndola y le dijo

— Deberíamos hablar

Ahora si quería hablar, pues ella no quería hacerlo.

— No hay de qué hablar- negó ella tratando de soltarse de su agarre.

— Mía- pronuncio su nombre en un tono conciliador.

Pero ella no estaba dispuesta a transigir, estaba dolida porque en un momento crucial donde pensó que estaba embarazada, el se comporto de una manera egoísta solo pensando en sus deseos y su conveniencia.

— Tú fuiste claro, cuando supiste que podía haber estado embarazada, me cuestionaste, me acusaste de querer hacerlo a propósito- le recordó dolida- y además dejaste claro que no estabas preparado para ser padre.

El asimila sus palabras y calla porque es cierto que nunca podrá darle tranquilidad ni lo que ella más desea una familia.

Dicen que la mejor defensa es el ataque, así que contraataco.

— Lo sabías del principio Mía- le recordó.

— Pero qué hubiera pasado si ciertamente hubiera estado embarazada ¡me habrías pedido que abortara!.

— Claro que no- negó furibundo afectado que ella pensara eso.

— Entonces qué hubiera pasado ¿te hubieras casado conmigo?

La suelta de inmediato y al ver su expresión carente de una respuesta entiende que eso jamás sucederá,

Para ella no habrá un cuento de hadas,

Un príncipe esperándola en el altar,

No habrá un final feliz, no con él,

Porque no es la vida que él le ofrece, solo será sexo, tenerlo a ratos, vivir un amor escondido, con la incertidumbre que algún día pudiera dejarla.