SOBREVIVIENDO A MI EX

CAPITULO 25 DESQUICIEN AL JEFE

Día 3

Plan: Desquicien al Jefe

Sabrina se ha quedado hasta muy tarde trabajando, pero eso es la excusa para lograr que Luka, !Señor obseso del trabajo! que aún permanece en su oficina, cuando ya todos los empleados se han ido, ofrezca llevarla a su casa y así poner en plan otra parte de su plan "desquicien al jefe"

Luka sale de su oficina, en el justo momento que ve a Sabrina a punto de tocar a su puerta y achica los ojos sorprendido que ella aun este allí.

— ¿Qué haces aun en la empresa Sabrina?- pregunta tratando de salir del impacto que le produce verla y tener que lidiar con el cumulo de sentimientos reprimidos que lo superan.

— Trabajando en la cuenta Graham, pero ya termine, iba a pedirte la cola- dice con fingida inocencia.

El abre la boca y la vuelve a cerrar. En principio iba a rechazarla pues la idea es poner distancia entre ellos, pero jamas la dejaria irse sola a esta hora, su instinto protector le gana.

— Vamos- acuerda finalmente.

El pez mordió el anzuelo.(si fuera un movil inserta emoticon con  risa malevola y aplausos)

Entran al ascensor en silencio y así siguen hasta que llegan al estacionamiento donde esta aparcada su camioneta y él como el caballero que siempre fue le abre la puerta.

Sabrina se introduce al interior y lo ve a él posteriormente entrar y poner en marcha el auto y seguir en silencio.

— ¿Puedo?- le pregunta refiriéndose a poner música en el reproductor.

El asiente a regañadientes y ella lo cambia por las emisoras hasta detenerse en una canción de Ricky Martin "vive la vida Loca" poniéndola en alto volumen y cantando.

— ¿Podrías bajarle volumen?- indica el cuando están estacionados en un semáforo y el auto a su lado en el que van una pareja mayor los mira con desaprobación.

— Relájate Luka y disfruta la vida- le dice ella desdeñosa e ignora su petición y a propósito le sube mas el volumen y canta aun más fuerte.

Obviamente la paciencia no era una de sus virtudes y Sabrina lo sabía.

Sin pensarlo, ni preguntar apaga el mismo el reproductor y Sabrina le mira con odio.

En otro momento estaría fascinado escuchándola cantar y ser tan ella, espontanea, loca e irreverente, pero sabía que lo estaba haciendo a propósito para desquitarse y esto aunado a lo de ayer, no tanto porque lo hubiera retado delante de sus empleados sino por los celos que experimentaba, eran un detonante muy peligroso.

Siguen en silencio y ahora Sabrina saca de su cartera una bolsa con sus galletas preferidas y comienza a comer ruidosamente metiéndose varias galletas a la vez, dejando que a propósito migas caigan sobre los cojines porque sabe que esto le hará perder la cordura a Luka.

Recuerda que detesta el desorden y la suciedad.

El, es de los que se bañan tres o cuatro veces al día, de los que mantienes su casa impecable, sus gabinetes son la mata del orden, los cereales ordenados por categorías, así como su closeth con sus trajes todos ordenaditos por tipo y colores, sus pisos brillan que pueden ver su reflejo en ellos y hasta sus comidas son igual de estrictas y aburridas.

Pero había algo en el que para nada era aburrido y donde se permitía perder el control y era cuando le hacía el amor, era todo un Dios griego, experto y ...

!Alto!, no vayas por caminos escabrosos- se recordó ella sintiéndose de pronto tan sofocada.

Respira profundo y sigue con su plan.