Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
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Después de un exhaustivo chequeo en obstetricia, fui dada de alta, la doctora había decidido que lo mejor para los bebés y para mí es pactar la fecha de la cesárea, y así fue, mis hijos nacerán en noviembre dieciocho.
Pese a que tenía un dolor tremendo de cadera, no me quejé, fui a mi recámara por propio pie y dentro estaba ese hombre cabeza dura que tanto amo.
No se acercó como lo esperaba, generalmente para mí, Karim es muy predecible, pero esta vez si me había dejado como una estúpida.
Se arrodilló frente a mí y me abrazó a medida que mi panza gigante de cuates se lo permitía.
—Perdóname mi reina, no te merezco.
—Deja de ser dramático, no estás en una novela —me miró y pude ver esos ojos preciosos brillar tanto, oh— ¿Karim estás llorando? —me abrazó con más fuerza.
—Perdóname, parece que estoy destinado a nunca aprender la lección.
—Amor, no llores, estamos bien, ellos todavía mejor que la mamá.
—Me cagué del miedo Mariana, no supe qué hacer y eso me da mucho coraje, cada día que pasa, Kai demuestra que es mucho mejor que yo.
—Fue Massimo, no Kai.
—Ese tipo ¿Lo viste? Está más vivo que yo ¿Cómo es eso posible?
—Es obvio, cariño, Kai lo sabía desde el principio, están mancuernados.
—¿En serio lo prefiere a él en lugar de mí?
—No creo que vaya por ahí la cosa.
—¿Viste? No le importó agredirme con tal de defenderlo.
—Estás celoso, Karim.
—Que se vaya al demonio, yo no sé qué es eso, solo que es molesto.
—Esos son celos, amor.
—No me importa ¿Estás bien? Marian —volvió a lloriquear, creo que pronto tendré tres bebés—, perdóname, en serio perdóname, elegiste al hombre más lengua floja de todo el mundo para ser el padre de tus hijos, soy terrible y una pésima persona, pero te adoro con toda mi nauseabunda, barata y desolada alma a la que tú y solo tú le das calor y luz, siento mucho lo que te dije, siento mucho no poder comprender cómo es que te enloquece ser tan minuciosa con la recámara de nuestros bebés, siento mucho que la cabeza solo me sirva para una cosa a la vez, porque como ya sabes, soy hombre, no puedo hacer de manera efectiva más de una cosa, perdóname mi amor ni siquiera para amarte soy efectivo y me siento muy mal por eso.
—Yo también te dije cosas feas, perdóname también, pero me da gusto que puedas hablar abiertamente de tus sentimientos, Karim, eso es importante, ahora eres capaz de decirme exactamente como te sientes ¿No lo notaste?
—No, es que contigo todo es fácil.
—Eres mentiroso, pero precioso, no te preocupes, ni recuerdo qué fue lo que me dijiste, estamos bien, los cuatro estamos muy bien, la doctora ha pactado la fecha, nacerán el dieciocho de este mes.
