Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
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Cuando recibí el informe del ataque a Kai de inmediato fui a su casa, estaba destruída por las balas y aún había cuerpos por todos lados, algunos, gente de mi hermano.
—Está vacío, Karim, si estaba aquí, ya no.
—¿Alguien vio algo?
—No, no que nos hayan informado, pero dudo que hayan podido con él —entré a la casa y lo primero que llamó mi atención fue la mancha de sangre que llegaba hasta un muro, arrastraron a alguien hasta ahí.
—¿Seguro que revisaste bien?
—Claro, no hay nadie aquí.
—Necesito saber de quién es esta sangre, que analicen toda la que esté aquí, si alguna es de Kai tendremos problemas.
—Te recuerdo que tu hermano está en el ala oeste y tú en el este, Karim, en realidad Kai no es tu problema desde que decidió quererte arrebatar el dulce.
—Es mi hermano, Flavio ¿Qué esperas que haga?
—Que dejes que solucione sus problemas por su cuenta, si se mete en problemas, debe entender que tienen consecuencias.
—Cállate ya —subí a la segunda planta, eché un vistazo aquí y allá, sin encontrar algún indicio que nos informara si Kai se había ido o se lo llevaron.
—¿Karim? ¿Karim?
—¿Mamá? ¿Mamá por qué viniste?
—¿Tu hermano?
—No lo sé.
—¿Qué es todo esto? Dios santo —miró la sangre por todos lados, descendí hasta ella y la saqué de la casa—, Dios Karim ¿Qué pasa con tu hermano? ¿Quién hizo esto?
—No te preocupes, lo encontraré.
—¿De verdad?
—Honestamente no me importa si le pegan un poco por cretino, pero no puedo hacerte esto, yo no, má.
—Ten cuidado ¿Sí? —de pronto, el móvil de mamá comenzó a sonar, respondió sin atender la pantalla— ¿Hola?
—¿Má?
—¡Kai! ¡Amor! ¿Qué sucedió? ¿En dónde estás? Estamos muy preocupados por ti.
—No te preocupes, estoy bien.
—¿Qué sucedió?
—Nada de lo que tengas que ocuparte tú, me haré cargo, estoy en Palermo, creí que era lo mejor, así que no te agobies por mi culpa ¿Sí?
—¿Estás herido? ¿Quieres que vaya contigo?
—No mamá, lo solucionaré una vez que averigue la razón de esta sorpresa, por favor, no estés angustiada, dile a papá que estoy bien.
—Este imbécil —le quité el móvil a mamá—, oye, si vas a meterte en problemas al menos ten la certeza de que vas a poder manejarlo.
—Si hubiera querido hablar contigo, te hubiese llamado, que eso te diga algo, devuelve el móvil a mi mamá, estoy hablando con ella.
