Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
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Desde que pude volver a estar con Kai no había pensado en otra cosa más que en formar una familia, cuando le dije que quería ser mamá de sus hijos, no dijo algo que me permitiera pensar que quería lo mismo, me había dejado sola con el tema y justo ahora, que estoy sentada en el retrete mirando la prueba de embarazo reflexiono sobre ello.
De nuevo una sola línea, con ésta, era la quinta prueba que me hacía y no, simplemente no podía embarazarme.
Salí del baño toda llorona, Kai se dio cuenta de inmediato que no estaba bien.
—¿Fiera? —le enseñé la prueba negativa y rompí a llorar, me abrazó con ternura, me quitó la prueba y la aventó a cualquier lado— ¿Por qué te torturas con ésto?
—Quiero un bebé, realmente quiero ser mamá, Kai.
—Quetzal, si presionas a tu cuerpo de éste modo no permitirás que suceda, piensas demasiado en ello.
—¿No quieres ser papá?
—Claro que quiero.
—¿Y por qué no suenas convencido?
—Porque con lo que estoy haciendo no sé qué tan buena idea sea que tengamos un bebé justo ahora.
—¿No quieres verdad? ¿Es por Aloncito? ¿Es porque lo perdí?
—¿Por qué carajos dices eso? ¿Él qué tiene que ver aquí?
—Si tenemos un bebé…
—¿Crees que el nuevo suplirá al que perdimos? No funciona así Quetzal, Aloncito es Aloncito, así tengamos otro, no lo va a suplir, si es por ello que quieres tener un hijo ahora, puedes dejar de intentarlo.
—Kai…
—Los hijos no suplen a otros Quetzal, nadie podrá suplir al bebé que perdimos, si te pierdo nadie te podría suplir, solo deja de intentarlo, si te haces daño simplemente moriré.
—Quiero un bebé, realmente lo quiero.
—Entonces deja de preocuparte, mira lo hermosa que eres y fuiste concebida mientras tus padres tenían un viaje astral con marihuana, son situaciones que deben ser espontáneas, deja el reloj y el calendario a un lado, disfrutemos lo que hacemos juntos y vendrá cuando él quiera venir.
—¿Crees que pasará lo mismo? Esta vez sí que me voy a cuidar, no le pasará lo mismo…
—No fue culpa tuya, entiende, no hay culpa cuando elegirías que las cosas fueran diferentes, solo deja de presionarte y permite que ese bebé llegue cuando él crea que moriremos si no viene ¿Me entiendes? No más pruebas de embarazo ¿De acuerdo? —Estoy súbitamente frustrada.
—Por eso no dejas que tu cuerpo haga lo necesario, solo tienes que permitir que fluya y llegará.
—Cambiemos de tema, está bien, tienes razón ¿Qué sabemos de los delirios de persecución de Max?
