Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si no fuese capaz de conocer a mis propios hijos, simplemente hubiese elegido no tenerlos, pero ya que están aquí y los amo demasiado, necesito ver por cada uno.
Desde que Mariana y Yordana fueron separadas de la mañana por los putos napolitanos de mierda, noté que algo había cambiado en ambas, pero era mucho más notable en Dan, así que me di a la tarea de observarla, lo que me llevó a una incómoda conclusión: evitaba a Nicolás a toda costa y si no le quedaba opción, apenas y toleraba respirar el mismo aire que él, no le respondía cuando le hablaba y cuando se tocaba el tema de los Molinari en la mesa, ella le miraba fijamente mientras sostenía con fuerza el cuchillo.
¿Qué está pasando?
Sé que si le cuestiono a Nicolás, no me dirá lo que sucede, así que tuve que hacer labor de campo sin alertar a los estudiados de mi presencia.
Llegó la hora de la comida, ésta vez Karim había venido y Mariana no paraba de complacerlo con la comida, Dan saludó a todos, evitando a Nico y al mismo Karim.
—Dan, siéntate a comer por favor.
—Tengo que irme.
—Siéntate —le dije, el tono era más bien una orden, Dan miró el lugar disponible, solo estaba justo frente a Nicolás, rodó los ojos y se sentó de mala manera. —¿Qué tal VantaBlack, Karim?
—No me preocupo tanto por eso, es el negocio de Kai después de todo.
—El negocio que cubre el tuyo —respondió Yordana de forma retadora, la miré interrogante.
—Lo sé, pero no es mi problema.
—Creí que si el telón se cae, te verán sin ropa, al final de cuentas VantaBlack es el corazón de La Cosa Nostra ¿No? Tú ensucias la ropa y Kai la lava en casa, así funciona.
—No es que esté sufriendo mucho en el ático en el que se encuentra, Yordana.
—No importa si le pega el sol en la cara o no, la primera línea siempre es la más peligrosa.
—¿Hay algo que quieras decir, hija? —interrumpí.
—Nada, solo creo que la primera línea siempre es la más peligrosa, es todo, papá —bebió de su juguito, vaya mocosa ¿Qué le pasa?
—La primera línea dejará de sufrir en cuanto todos los Capone y los Molinari caigan, sin excepción —recalcó Nicolás.
