Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
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Salí de la recámara de Kai, miré a Sebastyén.
—¿Día o noche?
—Noche, obvio.
—Mi gente cuidará de Karim en el día entonces, si sucede algo, me llamas y espero que eso que suceda, es que estés muriendo.
—No te portes así, yo tampoco quiero hacer esto contigo.
—Es una pena que ambos le debamos el trasero a la misma persona y esa persona nos acaba de dejar hacer un arcoíris de brillantina en parejas, te guste o no, sucederá, solo quiero ser claro con una cosa, Sebastyén, si no haces bien tu trabajo y le sucede algo a Karim mientras estás de guardia, te voy a decapitar frente a tu madre.
—¿Qué te hace pensar que soy como tú?
—Tienes razones suficientes para odiar a Karim, pero en el corazón de una mujer no se manda, el de Mariana siempre fue de Karim, pero te aferraste a la mujer de otro y por eso sufres, no es culpa de él.
—Haré mi trabajo.
—Más te vale, a menos que quieras morir, porque hablo muy en serio, si le pasa algo a mi primo, morirás.
—Ni le caes bien.
—No me conoce, es por eso, cuando lo haga, me amará y eso tampoco podrás evitarlo, soy inevitable porque soy su sangre ¿Comprendes? Haz lo tuyo, también habrá gente mía cuidando a Kai, nos vemos, te guste o no.
—Ya largo.
—Te estoy escuchando, Bash —mi Campanilla me tomó de la mano y me arrastró lejos de ahí, después, me empujó a la pared y cruzó los brazos.
—Pero ¿Qué hice?
—¿Por qué lo molestas?
—Te prometo que él comenzó, me irrita y cuando me irrito me duele la cabeza y eso me hace ser una persona mala.
—No es divertido, imaginate que te hubiera dejado por Vincenzo.
—¿Lo harás?
—Claro que no, tonto, solo te estoy diciendo que te imagines, es difícil para él porque está enamorado de mi hermana, así que deja de mencionarle que lo han dejado por el Assanti.
—Si me preguntas, Karim es mucho más guapo.
—¿Tú eres más guapo que Vincenzo?
—No, pero sí más audaz —la tomé por la cintura—, fui yo el que dejó que el mundo se cayera a mi alrededor para sostenerte únicamente a ti, Danna Assanti.
—Y yo que creí que sería Assanti por Vincenzo.
—Ah me lleva el carajo, quiero morirme ahora.
—¡Cállate! Tienes prohibido morir.
—Deja de decir que me dejarás por mi hermano, porque si me pongo triste, me voy a poner depresivo y cuando soy depresivo quiero morir.
