CAPÍTULO LII "LO ECHASTE A PERDER"

89 18 5
                                    

Me sentía fuera de mí mismo cuando reaccioné, todo daba vueltas y no podía conseguir nitidez, miré a mi costado derecho y me encontré con una mujer, lo peor de todo no era que ella estuviera ahí, lo realmente grave es que estaba muerta, con mi cor...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me sentía fuera de mí mismo cuando reaccioné, todo daba vueltas y no podía conseguir nitidez, miré a mi costado derecho y me encontré con una mujer, lo peor de todo no era que ella estuviera ahí, lo realmente grave es que estaba muerta, con mi corbata enredada en su cuello.

Mierda.

No sé quién es.

No la había visto en mi vida.

¿Qué pasó?

Miré mi reloj, son las dos de la mañana, mi camisa yacía en el suelo destrozada y mi pecho con marcas de rasguños. Me levanté de la cama tratando de entender cómo es que llegué aquí, el mareo aumentaba y qué decir del dolor intenso de abdomen.

Me lleva la gran puta, creo que he caído redondo en una trampa.

Solo estaba vestido de las caderas hacia afuera, salí de la recámara a trompicones, el mareo era tal, como cuando bebes en exceso en tan poco tiempo.

¿En dónde está Georgia? Necesito encontrarla.

La gente que me encontraba en el camino se impresionaba y lo más obvio para ellos es que estoy ebrio, pero no se puede estar más equivocado.

¿O no?

Vi a la distancia a Georgia entrar a una suite, me apresuré lo más que pude.

—¿Karim? —Kai me miró pasar con un poco de intriga, seguí mi camino descompuesto hasta la suite de Georgia, entré.

—¿Karim? —la sujeté del cuello y no dudé en azotarla en la pared.

—¿Por qué estoy aquí? ¿Quién eres?

—¿Qué te sucede?

—Dime ¿Qué carajos estoy haciendo aquí? ¿Cuál es mi función? ¿Cuál es la tuya? ¿Por qué te aseguraste de que yo viniera aquí?

—No sé de qué hablas, yo no hice nada.

—¿Estás segura? ¿Segura de que no sabes quién soy en realidad?

—Karim, tranquilízate, suéltame por favor —decía con voz ahogada.

—¿Quién eres?

—Nadie tan importante como tú, suéltame, no puedo, respirar.

—No creo estarte sujetando como deseo, perra infeliz.

—Por favor…

—¡Dimé que putas hago aquí! ¿Quién te pidió que me trajeras?

—Karim…

—¡Dímelo ahora!

—Karim… estás sangrando.

—¡Karim! ¿Qué estás haciendo? —Kai me apartó de Georgia, la mujer debe estar loca o de plano es mucho más inteligente de lo que pensé, porque le ganó con singular audacia a Kai por cuanto a la decodificación de la situación. Apenas me apartó de ella y la chica volvió a acercarse, me sujetó del cuello y evitó que tuviera una caída lamentable que pudo costarme la vida, prácticamente, evitó que me rompiera el cuello, cayó encima de mí, sujetando mi cabeza con ambas manos.

🇮🇹 𝐈𝐥 𝐌í𝐨 𝐂𝐚𝐩𝐨 𝟐: 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐒𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐈𝐭𝐚𝐥𝐢𝐚 🇮🇹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora