CAPÍTULO LXXVII "MAGIA, CONOCIMIENTO BOTÁNICO O AMOR"

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Me sentía tan mal que tuve que arrastrar los pies para salir de mi recámara y buscar un poco de agua

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Me sentía tan mal que tuve que arrastrar los pies para salir de mi recámara y buscar un poco de agua.

Mi garganta estaba tan inflamada que me molestaba tan solo respirar, el aire que entraba y golpeaba mis anginas me hacía toser una y otra vez.

Salí de mi cuarto con un cobertor en la cabeza, usé el cubrebocas porque sería muy patán de mi parte ir dejando mi virus por todos lados.

—Oh maldita sea, la luz me molesta —susurré con voz muy ronca, busqué agua en la cocina sin prestar mucha atención a mi alrededor.

—¿Eres un fantasma? —dijo alguien desde el otro extremo de la barra, volteé un momento y me encontré con esa mirada chispeante que hace que quiera poner mis células en orden.

—Casi —respondí.

—Ha-russi, estás enfermo —sin que pudiera impedirlo -no estaba muy concentrado en ello-, Kitty puso su mano sobre mi frente mientras yo, impresionado, le observaba sin saber qué hacer, colocó la paleta de caramelo en su boca y puso su mano sobre su frente—, Ha-russi, tienes fiebre.

—Me duele la garganta.

—¿Por qué no le dijiste a alguien?

—¿Para qué?

—Necesitas medicamento —bajó el cubrebocas de un tirón—, mira tus labios, estás deshidratado, llevas días así ¿Verdad?

—Un par, tal vez.

—Si no es porque estás muy enfermo, en serio que te golpearía hasta que dejes tus complejos masculinos a un lado, Ha-russi, vamos.

—Te vas a enfermar.

—¡Camina ahora Kim Ha-ru o haré un escándalo y terminarás en el hospital!

Me sentía como un borracho, no podía mantener el equilibrio y probablemente caminaba como si estuviera andando en la luna.

Entró a mi recámara, me sacó el cobertor de un tirón y temblé como una gelatina.

—Tengo frío.

—Es porque tienes temperatura, quítate la sudadera.

—No.

—¡Ahora!

—Oye, no puedes decirle a un hombre soltero que se quite la ropa.

—Hazlo o te la saco yo misma, si empeoras podrías sufrir un grave daño.

—¿Cómo sabes eso?

—No lo sé, solo lo sé, sácate esa ropa ahora, Ha-ru.

Lo hice, lo hice porque no tenía ánimo de pelear con ella, me quité la sudadera y el pants, terminé en shorts y playera frente a una dama bonita.

—¿Qué sucede aquí? —Kai nos miró como si nos hubiera atrapado teniendo sexo, parecía complacido con la escena, pero curioso también.

—Kim Ha-ru tiene fiebre, si no logramos que baje y dada la enfermedad que contrajo al venir aquí, podría ser un desastre.

🇮🇹 𝐈𝐥 𝐌í𝐨 𝐂𝐚𝐩𝐨 𝟐: 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐒𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐈𝐭𝐚𝐥𝐢𝐚 🇮🇹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora