Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
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Debo ser honesto, no pensé que mi lesión de la rodilla fuese tan mala hasta que quise caminar sin el ortopédico y casi me rompo la cara, simplemente no tenía la fuerza suficiente en la pierna como para caminar.
—Oye, oye, tranquilo, no hagas eso —Quetzal me sostuvo de la cintura de forma hábil, no sé cómo es que logró evitar mi vergonzosa caída.
—Señora, qué veloz —me dio las muletas, hice un gesto de desaprobación.
—Esto o te cargo —me reí, es fuerte, no dudo ni un segundo que pueda conmigo, sujeté las muletas y ladeé la cabeza sacando todo mi carisma.
—No puedo estar lesionado, Karim será padre pronto y es cuando más baja tendrá la guardia, necesitamos cuidarlo.
—Lo sé, pero si no puedes simplemente te quedarás aquí.
—No puedes hacerme eso —canturré, solté una muleta y la sujeté de la cintura, como no soy muy habilidoso ahora, me apoyé en la pared para ser un poco más… seductor—, soy el jefe de ésta operación, si bien es cierto eres la jefa, puedo argumentar que estamos en la misma posición porque elegimos ser uno.
—Kai, no irás si tu rodilla no coopera, vas a distraerte o la lesión podría empeorar, solo déjame cuidarte.
—Yo me dejo querer contigo, pero en ésta ocasión las cosas son diferentes, necesito estar ahí, necesito proteger a mi hermano.
—Lo estás protegiendo, mira lo que te hizo Nicolás, si no he llegado, pudo romperte las piernas, Kai, es serio, lo que estamos haciendo nos pone en la mira de las personas que amamos, dime Kai ¿Yo soy la variable aquí, verdad? ¿Hubieras hecho esto si no hubiese sido por mí?
—No lo sé, pero lo estoy haciendo porque no deseo otra cosa que protegerte a ti y a mi hermano, todo lo que eso conlleva.
—No quiero perderte.
—Eso no pasará, no mientras estemos juntos, no estés preocupada, solo consígueme algo efectivo para el dolor, solo será esa noche, lo prometo, después de eso me mantendré en la línea, pero no me dejes fuera de esto.
—Dios ¿Por qué siempre consigues lo que quieres? Esos hermosos ojos tuyos.
—Son tuyos, mi reina y de nadie más.
—¿Estás coqueteando conmigo?
—¿Es necesario decirlo? Hago eso todo el tiempo ¿Entonces tendré mi medicamento?
—Sí, no me hace feliz, pero sí, solo una vez.
—De acuerdo, tú mandas.
—¿Qué es lo que tienes en mente?
—Creo que quien sea que esté detrás de esto aprovechará el nacimiento de los niños para ir por Karim, al final de cuentas, es la última oportunidad que tienen para hacerle daño sin que parezca algo tan elaborado.
