Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sabía que era cuestión de tiempo para que Kai dejara al descubierto sus intenciones, me parece que algo está tramando y no puedo permitir que cumpla con sus objetivos sean cuales sean.
Miré a Imara mientras bailaba entre la multitud, no había tenido la serenidad de pararme en El Ángel Caído porque me traía recuerdos amargos sobre la renuencia de Massimo a venir aquí. Incluso si miraba aquel rincón de la zona vip, podía verle merodear el lugar con tranquilidad y ahora que lo pienso, también con una pizca de reflexión, así era él, siempre listo para el minuto siguiente.
—¿Enri? —miré después de unos segundos a Luciano,suspiré, de inmediato miró en dirección a ese rincón y entendió en lo que pensaba—, seguramente estaría sentado ahí ¿Cierto?
—Necesitamos acabar con todo esto, necesito caminar sobre los cuerpos de Karim y Kai lo antes posible —lancé el humo de mi cigarrillo hacia el techo, se me escaparon unas lágrimas no me tomé la molestia en retirar de mis mejillas, me dolía, me quemaba vivo saber que no veré a Massi nunca más.
—No mezcles tus emociones Enrico, Kai y Karim no tienen la culpa de la muerte de Massimo, no te ofendas, pero hasta cierto grado, se lo buscó —pero claro que me ofendí, saqué mi arma y le apunté a las pelotas sin siquiera mirarlo, descansé el cañón sobre su cremallera y entonces lo miré.
—¿Quién eres tú para decir que se lo buscó o no?
—Se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver, Enrico, si Massimo estuvo dispuesto a permitir que tu padre pensara que era homosexual es porque la persona que estaba con él era a todas luces una mujer prohibida ¿No te lo confesó él mismo? Era una mujer ¿Quién podría ser? —señaló la zona vip de los de Palermo, suspiré con impresión—, tu hermano estaba enamorado de una mujer, una mujer que lo llevó a la muerte y no puede ser nadie más, más que una de esas zorras astutas de la casa de los Assanti.
—Pero quién.
—Podemos descartalas a una por una.
—¿Estás seguro?
—No seas ciego, te lo he dicho más de una vez, si estuvo dispuesto a morir por ella, es porque debe ser de esa casa.
—Eso lo convertiría en un traidor.
—No hay más traidor que el corazón, no lo culpes, después de todo pasaste por lo mismo.
—Te sigo escuchando —respondí con sumo interés, retiré mi arma de sus pelotas y presté atención.
—Isabella no es, está colada por Christopher, jamás tuvo ojos para nadie más, Quetzal tampoco es, esa estúpida mujer solo tiene encanto por Kai y Hammani, nadie más… Mariana —aclaró la garganta—, muy mayor para él, Esmeralda y Rosalía muy clavadas con el Aragón, Mary Jane, se le mojan las bragas cuando tiene cerca a Nicolás —suspiró—, eso solo deja a Giovana Chiellini, Frida Sofía Aragón y Yordana Castelán como las probables amantes de tu hermano —me miró— ¿Por quién te inclinas?
