CAPÍTULO LXVI "CAMISA DORADA"

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En cuanto tuve la facultad, me levanté de la cama para mirar por la ventana, tenía esa manía, parece que de alguna manera siento que el cielo tiene las respuestas que tanto busco

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En cuanto tuve la facultad, me levanté de la cama para mirar por la ventana, tenía esa manía, parece que de alguna manera siento que el cielo tiene las respuestas que tanto busco.

Mi hombro dolía, pero no podía comprarlo con nada, hubo cosas en la vida que, de ser más sensato, hubiese aceptado en ese momento que dolieron másmm, pero me negaba a concebir ciertas cosas, era lo mejor para mi mente.

—Te levantaste de la cama —Yordan entró a mi recámara sin llamar a la puerta, supongo que es maleducado desde siempre.

—Apenas —susurré—, oye Yordan.

—Chris dijo que podrías experimentar síntomas, si te sientes mal, solo dilo.

—Yordan…

—Qué.

—¿Por qué te quedaste conmigo? ¿Es porque crees en mí? ¿Porque quieres encontrar el momento apropiado para matarme? ¿Por la estúpida promesa que hiciste? —le miré esperando una respuesta.

—¿Quieres la verdad?

—Absolutamente.

—Esas tres razones son precisamente por las cuales estoy aquí.

—¿Las tres? ¿Crees en mí, cumples una promesa y deseas matarme?

—En ese orden.

—Tal vez me arrepienta de la pregunta qué haré ahora, Yordan, supongo que debes odiarme en serio por lo que pasó con Mariana, pero ¿Qué piensas sobre este asunto?

—¿Qué asunto?

—No te hagas, sabes de qué asunto hablo.

—No me preguntes eso.

—Dime —me acerqué.

—Creo que mi hija se equivocó —incluso cerré los ojos, esperaba que Yordan fuese sincero conmigo y me dijera lo mucho que odia que sus nietos lleven mi sangre, pero tremenda sorpresa me llevé.

—¿Qué?

—No creo que hayas asesinado a esa chica, no tienes esa especie de sangre, eres buen hombre, Karim, Mariana perdió la cabeza.

—¿De verdad crees eso?

—Sí, y aunque me moleste ver a la Montague merodeando la miel que una vez fue de mi hija, no puedo impedirte seguir con tu vida.

—Justo ahora no siento nada, Yordan, no sé qué sucedió, creí que ella confiaba más en mí.

—No quiero hablar del tema contigo, estoy apenado por la actitud de Mariana, no está pensando con claridad, usar el corazón antes que la cabeza es lo suyo, pero evitemos el tema entre tú y yo, por favor, amo a mis nietos, a mi hija y a ti también.

—Yordan, esperaba cualquier respuesta, menos esa.

—Yo si te creo, esto fue una trampa, y tenemos que saber por qué y de quién —suspiró—, sé que Mariana te quiere, por eso está herida, Karim, pero no tengo cara para pedirte nada, ella debió creer en ti y no lo hizo.

🇮🇹 𝐈𝐥 𝐌í𝐨 𝐂𝐚𝐩𝐨 𝟐: 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐒𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐈𝐭𝐚𝐥𝐢𝐚 🇮🇹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora