Después de tener claro el poco prometedor panorama actual de la mafia, Kai Assanti está decidido a recuperar a su gran amor y protegerlo a toda costa, aunque eso signifique quitarle el trono de La Cosa Nostra a su propio hermano.
"He sembrado odio...
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SEMANAS DESPUÉS.
Kai se fue y mi hermana volvió a ser doctora en el hospital Di Ángelo.
Ambos firmaron el divorcio.
Y siento que me divorcié yo.
—¿Manuelito? —Val me miraba con atención, al parecer estaba contando algo y yo solo me fui mentalmente— ¿Sigues pensando en ello verdad?
—Kai se fue a su pueblo y no se despidió de mí.
—¿Palermo te parece un pueblo?
—Es un modo de decirlo —suspiré—, creo que puedo vivir sin Quetzal, pero sin él no, es un tipazo.
—Necesita tiempo para sentirse mejor, es muy doloroso.
—Mi hermana no hizo eso que dijo, Max.
—Lo sé, pero sonó convincente para Kai y necesita tiempo para sanar y honestamente, nosotros también.
—No sé qué pensar, me duele la cabeza de tan solo darle vueltas al asunto, estoy enloqueciendo y no es mi problema.
—Pero ambos queremos mucho a los dos, Kai es como… mi hermano.
—¿Y qué fuera tu hermano?
—Dios te oiga, sería una bendición para mí, aunque no lo creo, que mi estampa sea maldita es parte del destino que cargo sobre mis hombros.
—¿Se enojará mucho si voy a buscarlo a Palermo?
—No te ofendas, Ricky, pero te pareces a tu hermana y creo que verte la cara no le ayudará a sentirse mejor, necesita soltar y sanar, le tomará el tiempo que sea necesario, también Quetzal necesita descansar y sanar, tienen que limpiarse el lodo, porque estoy seguro de que esos dos nacieron para vivir y morir juntos.
—Es tan complicado —referí con hartazgo—, mis hermanos no merecen que esté pasando esto, son buenas personas.
—Debes tener paciencia cookie.
—¿Se llaman galletas? Ridículos —susurró Max.
—Bueno, supongo que suena más original Peter Pan y Campanilla.
—Obvio que sí, es mucho más original.
—Si tú lo dices.
—Oigan, ya que dieron de alta a Ricky hace casi un mes, deberían pensar en mí y sacarme, Quetzal no está bien y mi benefactor menos.
—Eres problema de Damiano Assanti desde hace mucho.
—Muy gracioso.
—Vamos Ricky, tienes que caminar un poco.
Salí a caminar con Vale, me hacía bien dar algunos pasos porque pareciera que de algún modo mi cabeza funciona mejor debido a que andando mejora la circulación sanguínea.
