CAPÍTULO LXXII "LA BODA DE GABY"

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Era obvio que la boda de Gabriela sería mucho más lujosa que la que yo podría haberle ofrecido, suspiré al pensar en ello, creo que de todas formas encontramos nuestro lugar en el mundo y no era juntos

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Era obvio que la boda de Gabriela sería mucho más lujosa que la que yo podría haberle ofrecido, suspiré al pensar en ello, creo que de todas formas encontramos nuestro lugar en el mundo y no era juntos.

Me ajusté las mangas de la camisa mientras caminaba, de verdad que llegué hasta aquí esperando estar un tiempo a solas, pero parece que el destino me tenía guardada otra cosa.

Gaby lucía increíble, con un vestido que seguro debe costar la mitad de mi fortuna, sonreí al verla.

—Vaya, creo que luce bien porque se trata de ti, Lascuráin —traté de menguar la tensión pero ella no me ayudó en nada, me miraba con sus ojos llenos de lágrimas.

—Ricardo…

—Mira Gaby, lo que un día fue, no será, honestamente me comporté de manera muy inmadura antes, esto era lo que tú querías, él es al hombre que tú quieres y me tomó todo este tiempo aceptarlo.

—Ricardo, perdóname por favor, las cosas no debieron ser así nunca.

—No te preocupes, creo que el Saadi es buen sujeto, te trata bien y te ama, puedo verlo.

—Lo siento, de verdad, te hice mucho daño y no tenías la culpa de nada.

—Eso ya no importa, es un día importante y no se supone que debas llorar, eres hermana de mi hermano, entonces siempre vamos a vernos, tal vez no tan seguido, pero quisiera, cuando estés lista, que me veas como un amigo más.

—¿La amas? ¿A la ojizarca?

—Sí —sonreí—, está loca, pero es buena, es buena mujer, Gaby Esme, lo es.

—¿Por qué me duele tanto saberlo? Ay Ricardo, tal vez no quiero hacerlo, tal vez no quiero casarme con… —le coloqué el dedo índice en los labios.

—Solo estás nerviosa, por fin vas a poder salir de esta mierda, irás a un lugar en el que no pueden alcanzarte, eso es bueno para ti, Gaby, yo pertenezco a esto, es lo que soy, es lo que Valentina y yo somos.

—¿Vas a estar bien?

—Lo voy a intentar con todas mis fuerzas, Lascuráin, tengo muchos fans que sufrirían mi ausencia.

—Cuídate, por favor, Ricardo y si algún día necesitas ayuda, no dudes en pedirla, te daré todo lo que está a mi alcance, todo por mi primer amor.

—Qué cursi eres, ven aquí —la abracé y consciente estaba de que me quedaban pocos momentos como estos, tal vez, con mucha suerte, pueda abrazarla una vez más, la dejé llorar y arruinar un poco ese maquillaje caro que trae encima, la consolé a medida que pude.

—Lo siento.

—Todo está en su lugar ahora, Gaby, tal vez en la otra vida se pueda, en esta solo puedo llevarte en mi corazón.

—Y tú estás en el mío, Richi, siempre, te quiero.

—Y yo a ti, ahora ve a que te arreglen el maquillaje que acabas de arruinar un poco.

🇮🇹 𝐈𝐥 𝐌í𝐨 𝐂𝐚𝐩𝐨 𝟐: 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐒𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐈𝐭𝐚𝐥𝐢𝐚 🇮🇹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora