CAPÍTULO LV "DÉJAME INTENTARLO"

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Llegué a casa sin prestarle mucha atención a Yordana, pese a la boda, las cosas entre nosotros seguían tensas por lo sucedido con Fabio, procuraba no tener enfrentamientos con ella, aún sigo muy molesto

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Llegué a casa sin prestarle mucha atención a Yordana, pese a la boda, las cosas entre nosotros seguían tensas por lo sucedido con Fabio, procuraba no tener enfrentamientos con ella, aún sigo muy molesto.

—¿Todo bien?

—Maravilloso —tomé una bebida del refrigerador y fui a la recámara, Yordana me siguió, es tan osada.

—Max, basta.

—¿Basta de qué?

—Nos hemos casado y no hemos tenido luna de miel.

—Pero la gente que nos conoce piensa que sí, que eso te sea suficiente.

—¡Quiero a mi marido ahora!

—No apetece sexo, disculpa.

—¿Estás seguro? —se quitó la ropa de una, abajo traía una lencería demasiado sexy, la mujer sabe las debilidades de su marido—, necesito que me hagas el amor ahora, me duele la vagina cada que te veo y es por las ganas que te tengo ¡Respóndeme ya!

—No me provoques, no estoy de humor.

—Claro que lo estás, lo estás porque yo lo digo, Massimo Saram Assanti.

—Estoy enojado, no voy a tener sexo contigo estando molesto, no lo voy a gozar.

—Claro que lo vas a gozar porque quieres hacerlo tanto como yo.

—¿Por qué estás tan segura?

—No serías el hombre del que me enamoré de no serlo.

—Eres tan necia.

—Gracias a eso estoy aquí y es una de las cualidades que amas de mí aunque no lo aceptes.

—Yo amo todo de ti, todo, maldita sea, todo, debí haber escuchado la vocecita que me decía que dejara tirado ese corazón afelpado en el suelo aquella mañana.

—¡Max!

—¡Qué!

—¡Ya cállate y hazme el amor!

—Después no digas que no te lo advertí —salté sobre ella como un tigre sobre su presa, la besé de pies a cabeza hasta el cansancio, creo que esta experiencia, pese a que no es la primera vez que intimo con una mujer, sí que me resulta novedosa.

Ambos terminamos uno al lado de otro, desnudos, despeinados, sudorosos y llenos de gloria.

—Oh por Dios, Max, tenemos que hacer esto diario.

—No podemos tener sexo diario, Yordana, prometí que no me acostaría contigo hasta que fueses mayor de edad y la he cagado porque me sedujiste.

—Triunfó el mal, señor Assanti, es una pena, me da rabia.

—¿Qué te da rabia?

—Que eres muy bueno haciendo esto y eso solo te lo da la experiencia —le dio un empujón—, aléjate de mí.

🇮🇹 𝐈𝐥 𝐌í𝐨 𝐂𝐚𝐩𝐨 𝟐: 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐒𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐈𝐭𝐚𝐥𝐢𝐚 🇮🇹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora