6. Rotto

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Últimamente no entendía mucho lo que sucedía con sus padres y su hermano, pero los veía muy felices, sonreían y reían mucho, así que él lo estaría también.

Le gustaba mucho jugar con Almiro a pesar de que el comenzó a estar menos en casa, todas las mañanas se iba muy temprano con su madre y regresaba al atardecer, mientras que el la pasaba completamente solo, claro, estaba con su padre pero él no sabía cómo jugar a la cocinita o a las carreras con carritos, no era lo mismo, extrañaba a Almiro y más aún que estaban en épocas de vacaciones, realmente no tenía nada más que hacer que esperar a su hermano mayor.

A veces su mamá le decía que Almiro ya no estaba para esas cosas, tenía once años y comenzaba a vivir su vida de una manera muy distinta, pero para la mente de Ángelo eso no tenía sentido, él veía a su hermano como a todos los niños, pequeño y con ganas de jugar, claramente era más especial pues era su hermano mayor pero ese no era el caso, extrañaba mucho jugar con su compañero de vida.

Aquel día llegaron temprano, Ángelo corrió a la habitación de Almiro para estar con él y preguntarle todo lo que hacía, su papá le explicó que su hermano empezaba a ser famoso, así como las personas que aparecían en la televisión, que pronto podría cantar, bailar y hacer películas hasta llegar a la cima del éxito.

En varias ocasiones le comentó que él quería hacer lo mismo, pero era muy pequeño y su edad no era la más adecuada para comenzar con una vida pesada como lo era ser una celebridad, por lo que solo se resignó y nunca más volvió a mencionar ese tema.

Se abrazó al cuerpo de su hermano con fuerza, en una de sus manitas tenía su vaso de plástico con un batido de fresa que su papá le preparó, mirándolo con una dulce sonrisa en sus labios rositas y notó lo bonito que era su hermano mayor.

-Te pareces a Ken.

-¿Ken?

-Si, el novio de Barbie, él es muy guapo y además es famoso como tú -escuchó la delicada risa del castaño, mismo que dejó un pequeño beso en la frente del rubio.

-Pues tú eres mucho más guapo, hm -suspiró suavemente-. Voy a dormir, estoy muy cansado Angelillo, duerme conmigo.

Pero los ojos de Ángelo se clavaron en el hermoso traje de lentejuelas en el sillón de la habitación de su hermano, tan solo negó.

Era hermoso, era como un traje de Ken, con brillos y colores que realmente le gustaban y soñó tener en sus manos desde hace muchísimo tiempo.

La ropa era mucho más grande que él, pero eso no le importó. Cuando Almiro por fin se quedó dormido, dejó su vaso de batido sobre el piso, caminó para tomar la chaqueta con brillitos y después de admirar dicha prenda en contentamiento, se lo puso con algo de dificultad por lo grande que era, pero lo logró, recogió su vaso de batido del piso y caminó al espejo de cuerpo entero en la habitación, sonrió.

Se sentía bonito y estaba seguro de pedirle a su mamá que lo lleve a grabar películas una vez crezca, él también quería bailar, cantar y por supuesto que también deseaba con todas sus fuerzas tener ropa así de bonita como su hermano.

Le dió una gran sorbo a su vaso, modelando en el espejo e imaginando que estaba en un escenario muy lindo, con muchas Barbies gritando por él y siendo mucho más guapo que Ken, estaba desarrollando la capacidad de soñar y generar expectativas con lo que quería hacer en su futuro y le emocionaba demasiado imaginarse con todo lo que su hermano tenía algún día.

Ser como Almiro se convirtió en su mayor sueño.

La puerta se abrió de golpe, gracias a qué Ángelo era un niño demasiado asustadizo, derramó su batido sobre la ropa cuando se encontraba bebiendo de su vaso, se dió media vuelta para ver a su mamá parada y una expresión de enojo invadiendo su rostro.

FENTANILO ; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora