7. Incertezza

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No quería pensar en verlo de manera romántica aún, era solo ese cariño de amistad, una amistad que por primera vez sentía de manera profunda y a la cual se aferraría por mucho tiempo, tal vez no era el mejor amigo que alguien puede desear, pero hacía lo posible por mejorar su actitud con Lorenzo. Lo que menos quería era alejarlo de su lado como sucedió con su familia.

Su celular vibró y corrió a abrir el chat de Barone, sonriendo al leer que estaba afuera esperándolo. Así que tomó todo lo necesario y salió corriendo. Asegurándose de que en su bolsillo estén los cuatro cigarrillos de marihuana que Lauro le dió el día anterior.

De reojo vio a Almiro en la sala con una laptop en sus muslos, no le tomó importancia y sin despedirse salió de su casa, suspirando de alivio por no tener que encontrarse con sus padres.

Su corazón casi se enloquece de emoción cuando vio a Lorenzo parado, con una camiseta negra, pantalón negro y una chaqueta roja.

Apretó sus labios y sonrió lleno felicidad, acercándose-. Holaaaa.

Lorenzo sonrió de vuelta-. Ángelo, si querías que nos vistieramos iguales solo tenías que decírmelo.

-Es que creí que no ibas a querer -rio suavemente.

Ángelo llevaba una camiseta roja, pantalones negros ceñidos a sus muslos y unas botas parecidas a las de Renzo.

-Tuve que bucear en mi closet para encontrar esto, incluso mamá me ayudó -empezaron a caminar hacia alguna avenida cercana para tomar un taxi.

-Pero valió la pena -Ángelo fue a su lado aún con su sonrisa de oreja a oreja, no podría borrarse por un buen rato, es que Dio, adora que Lorenzo le siga la corriente en caprichos como esos.

Subieron a un taxi, rumbo a uno de los clubes más conocidos de Milán por la variedad de temáticas, tragos, animadores y DJ'S que visitaban el lugar, además de estar en el centro de la ciudad y ser muy seguro. Era la primera vez que Ángelo lo visitaba, evidentemente, pero el ambiente se le hizo demasiado agradable apenas puso un pie dentro del local y aún así no pudo evitar agarrarse del brazo de Lorenzo, el miedo de que alguien con malas intenciones vaya a querer violarlo de nuevo le aterraba todavía.

Y Lorenzo era su mayor refugio en esos momentos.

El gran letrero neón con un Superlove Club que brillaba en el centro de todo el lugar, lleno de personas que hacían variedad de cosas por divertirse, bailaban, bebían y charlaban entre la fuerte música, la vibra era impresionante para Ángelo y lo que más le gustaba es que habían dos espacios, uno al aire libre y otro en sala.

Miró a Lorenzo y lo jaló a la barra libre, ya entendía porque la entrada fue de un costo algo elevado, tenía un excelente servicio, además podían pedir lo que quisieran así que Ángelo no dudó en pedir dos vasos de licor con un poco de bebida azul. Le pasó el suyo a su amigo y sonrió.

-¡Brindemos! -dijo Ángelo.

-¿Y por qué brindamos? -Lorenzo con una sonrisa tomó su vaso, alzándolo.

El rubio pensó por unos segundos-. Hm... Porque hoy te ves muy guapo.

Barone se carcajeó-. Pues yo voy a brindar porque tú te ves muy lindo también.

-Eres tan gay, Lorenzo -se rio.

Y chocaron sus vasos para después empezar a beber.

Llevaban varios tragos ya, tal vez Ángelo no tomó todo lo que le servían, en realidad tal vez no le gustaba emborracharse, simplemente después de unas cuántas copas dejó de sentirle el gusto, pero Lorenzo no parecía querer parar, Ángelo no sabía qué tan tolerante al alcohol era el chico y le preocupaba el hecho de que pueda emborracharse demasiado rápido, así que decidió hacer algo para que deje de beber, ya iba por el octavo vaso.

FENTANILO ; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora