Abrió sus labios para exhalar y darle una ayuda a su garganta dolorida, le incomodaba aquella sensación rasposa cada vez respiraba, el oxígeno se había vuelto más pesado para sus pulmones y la verdad era que incluso su pecho comenzaba a subir y bajar con más dificultad al pasar los días.
Dejó de asistir a la academia desde hace algunos días por razones completamente obvias, no quería enfrentar a nadie de ese lugar, sin embargo sus dosis de drogas estaban por terminarse y la única opción que tenía era buscar a Martino o robarse algunas píldoras suaves del botiquín de su madre, le agradaba más buscar a Martino, pero aún con aquella idea sentía un pesar horrible en los pies, sabía que tendría que volver a la academia y ver a todos de nuevo, ver a sus amigos darle la espalda, a los compañeros burlarse en su cara y a Lorenzo con otra persona.
Fingió estar enfermo para no salir de su habitación y agradecía que su padre estaba más en su empresa que con sus hijos, mientras que Almiro aún con su apretada agenda, se encargaba de darle de comer y estar a su lado para cuidarlo con el poco tiempo que tenía.
No le gustaba esa situación tan lamentable y devastadora, pero tampoco quería pararse de su cama, en realidad estaba completamente a gusto con la misma ropa en todo el día, sus ventanas cerradas y las piernas dormidas de tanto drogarse, ni siquiera las ganas de ir al baño lo motivaban a pararse y tronar sus huesos oxidados, estaba simplemente existiendo sin ningún pequeño propósito en el día.
Llevaba cuatro días de ruptura-. Maldito Lorenzo -murmuró apretando su pecho, las drogas no lograban calmar del todo su dolor sentimental y eso le jodía por completo.
Nada ni nadie era capaz de derrotar todo su sentir hacia Barone, olvidarse de él resultó ser más difícil de lo que pensó y creyó necesario dar otro paso para lograrlo, aunque lo que estaba por hacer solo aumentaría su dolor.
No creyó que la pasaría tan mal, llegó al punto de creer que su verdadera dependencia estaba dirigida a Lorenzo en vez de a las drogas; moría por verlo al menos un segundo más, capturar su sonrisa y la mirada dulce que hace mucho no era dirigida hacia su persona.
Deseaba verlo, deseaba estar a su lado, y qué mejor que buscando una excusa para hacerlo.
Hola Lorenzo, me gustaría pasar a recoger mis cosas que se quedaron en tu casa, ¿te parece si voy en media hora?
Renzo <3
No hay problema
¿Cómo se afrontaba una ruptura? Ese manual aún no tocaba la de puerta de Ángelo, todavía tenía algunas prendas de Barone en su armario, ni siquiera se imaginaba despedirse de ellas o entregarlas, eran probablemente los últimos recuerdos que le quedarían de su ex novio, así que las conservaría muy bien y se negaría a soltarlas a pesar de que Lorenzo no tenía ningún problema con devolverle las suyas.
Mientras se vestía con pereza, se dio cuenta que estaba siendo un completo idiota al actuar de esa manera, quería ver a Lorenzo de nuevo, pero con la excusa de devolver su ropa lo único que haría sería perderlo más, probablemente sea lo mejor para ambos olvidarse mutuamente y con esa idea, sufría, ya no había vuelta atrás.
Lorenzo dejó escapar un suspiro exhaustivo al leer la única señal de vida de Ángelo después de haber faltado a la escuela por tantos días, le pesaba no saber nada de él ni estar a su lado, el coraje en su pecho se hacía cada vez más grande pero para sí mismo, aún no lograba perdonarse por todo el daño que le hizo a Ángelo y probablemente seguiría causando.
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FENTANILO ; kookmin
RomanceDonde Ángelo es adicto a las drogas y encontró a la persona que se convirtió en su codiciada dosis de fentanilo. "Porque el amor no corta las alas" 13.09.23 Actualización cada sábado y domingo No se permiten copias ni adaptaciones