21. Mio passato

24 3 0
                                    

-Aah~

Sujetó las caderas con rudeza y empezó a moverse sin cuidado alguno, de adelante hacia atrás en un vaivén sin control-. Mierda, mira tu gordo culo como me traga.

-Lorenzo estás siendo m-muy grosero... ¡Hm!~

Entró con rudeza, apretando su agarre con la seguridad de dejar sus manos marcadas en la delicada piel de su novio y un gruñido escapando de sus labios le hizo entender al rubio que aquella profundidad con la que ingresaba podría hacerles desmayar en el punto más inmenso del éxtasis.

Ángelo gritó, dejando su cabeza descansar sobre las sábanas y llevó sus manos a su trasero, abriendo sus nalgas con la esperanza de que ese delicioso miembro pueda ingresar hasta lo más profundo de su ser y que sus deseos sexuales sean castigados por ser tan codiciosos cuando se trataba de Lorenzo, su garganta incluso le dolía de tanto quejarse a pesar de haber anhelado ese momento, era tan placentero que en verdad podía ver todo el universo.

La cama les hizo compañía, empezó a chillar y la cabecera chocó contra la pared por los movimientos tan torpes y fuertes que sus cuerpos ocasionaron.

Lorenzo apretó sus labios y su cuerpo entero tembló ferozmente en aquella posición, ambos tan cerca del orgasmo que se empezaron a mover con desesperación, tratando de unirse lo más que podían, Ángelo en el descuidado intento de hacer sus caderas hacia atrás, mientras que Barone empujaba su miembro con brutalidad contra la cavidad de su chico.

-Voy a-a llegar -mordió su labio con fuerza y su cuerpo comenzó a tener rudos espasmos.

Fueron suficientes un par de segundos para que el éxtasis puro en sus cuerpos acabe con la poca cordura que les quedaba, pronto llegaron al orgasmo con increíbles espasmos violentos en todas sus extremidades, se corrieron con tanta fuerza que por un momento pensaron que perderían la conciencia, Ángelo apretó su cavidad anal hasta estrujar el miembro de su chico y Lorenzo hizo presión contra su trasero, cerrando sus ojos con fuerza mientras se corría dentro del condón.

Sus respiraciones se oyeron por absolutamente toda la habitación, trataban de recuperar el aire que se les escapó de los pulmones y la verdad era que se tardarían probablemente minutos en lograrlo.

Lorenzo aflojó su agarre y poco a poco fue retirándose del interior de Ángelo, mordiendo su labio porque incluso esa acción hizo que tiemble de sobre placer.

Se acostó a su lado, soltando un largo suspiro mientras miraba el techo y dejaba sus manos sobre su abdomen. Miró de reojo a su novio y se giró con cuidado para poder abrazarlo con cariño por la cintura, atrayéndolo hasta dejar su cuerpo descansar acurrucado contra el suyo aún con sus latidos acelerados, completamente exhaustos pero no tanto como para no disfrutar esos instantes íntimos después del desastre que ocasionaron.

Lorenzo buscó los ojos de Ángelo y en completo silencio se sintió el ser más privilegiado por visualizar aquella imagen rebasando el arte puro de la desnudez del alma, creyó que su pecho estaba a punto de explotar gracias a los inmensos sentimientos que acumuló por ese chico, ¿En algún otro lugar del mundo llegaría a sentirse de tal manera? Dudó de ello y rechazó cualquier tipo de idea que tenga que ver con su vida sin Ángelo, a esas alturas de la relación, no podía imaginar su futuro sin él.

-¿Te lastimé? -susurró.

Ángelo abrazó por la cintura a Lorenzo, sonriendo levemente-. No -murmuró, besando el hombro sudoroso de su chico-. Estuviste maravilloso.

-Tu también -lo miró, y no pudo evitar dejar un dulce beso en los belfos rosados del rubio-. Oh, déjame abrigarte...

Se sentó en la cama y buscó con dedicación la cobija en alguna esquina del colchón, al tenerla en sus manos no dudó ni un segundo en cubrir el cuerpo de su novio y arrullarlo entre sus brazos al mismo tiempo que la suave tela los mantuvo en calor, abrazados el uno al otro cual bebés envueltos en sus mantas.

FENTANILO ; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora