33. Ex ragazza

19 3 0
                                    

2013

Un chico de cabellos rizados y piel morena, cantaba y bailaba en medio de su lujosa sala, se movía al compás de aquella canción que sonaba a todo volumen y que estuvo repitiendo por muchos días, era su favorita, sobre todo porque podía vivir cada vez que escuchaba la letra y disfrutaba la melodía.

Se permitió liberarse y actuar como en una clásica película romántica, en la que el personaje principal vestía un pantalón de tela beige, camisa blanca desarreglada y completamente descalzo sobre su alfombra de piel, deslizándose sobre los escenarios e interpretando con un gran talento frente a las cámaras que capturaban cada expresión de su auténtico rostro, cada movimiento, sonrisa y gestos.

-Fly me to the moon, let me play among the starts...

Pero no eran cámaras quiénes capturaban su genial actuación.

Era un chico de ojos gatunos que lo observaba completamente atento, sentado en uno de los sillones de cuero en el que hace poco estuvieron compartiendo una agradable conversación de ellos mismos.

Pero vamos, Maurizio estaba muy intranquilo cómo para estar mucho tiempo sentado, su canción favorita simplemente empezó a sonar en los parlantes de su casa y no pudo evitar levantarse para danzar una pieza dirigida a Carlo.

-You are all I long for all I worship and adore... -señaló con sus manos al chico sentado, dedicándole aquellas palabras de una canción que escurría amor por todos lados.

-Eres todo un caso -Carlo soltó la primera risa de la noche.

-Tengo un regalo para ti -aún con aquellos peculiares pasos que se inventaba, se acercó al chico en el sillón.

-¿Otro?

-No es simplemente otro -introdujo su diestra a su bolsillo para sacar una caja roja de terciopelo que en su interior llevaba un brazalete de joyería cara y que probablemente era de las cosas más costosas que había regalado-. Es uno completamente especial -la abrió con cuidado, sonriendo dulcemente hacia Carlo para poder visualizar su reacción-. Es cien por ciento oro, tiene tu nombre grabado en el interior, ¿Te gusta?

El mencionado no dijo nada por unos largos segundos, siempre se tomaba su tiempo para pensar en lo que diría, o más bien, para pensar sobre lo que le estaba sucediendo esos últimos meses.

-Me gusta -declaró-. Pero no lo voy a aceptar.

-¿Qué? ¿Por qué? -mordió su labio con nerviosismo-. No lo rechaces, por favor.

Carlo negó-. No Maurizio, no más -dejó escapar un suspiro cansado-. Es suficiente de regalos y cosas lujosas, te pedí que no me compres más objetos costosos, no es la única manera en la que puedes conquistarme.

-Pero... yo creí que lo estaba haciendo bien -susurró completamente confundido, cerró la caja de terciopelo y la dejó sobre el regazo del contrario-. Me gustas mucho, lo sabes muy bien, yo no te voy a presionar a nada si tú no quieres involucrarte conmigo... vamos seis meses saliendo y teniendo citas, me conoces tanto como yo a ti, ¿Por qué aún no me has dado un beso o alguna señal de que tengo oportunidad contigo?

El mencionado simplemente desvió la mirada cuando Maurizio quiso hacer contacto visual por largos segundos.

-...

-¿No te gusto?

-No es eso Mao, pero no quiero que esperes algo de mí cada vez que me das regalos, tu sabes que yo no podré hacerte este tipo de obsequios.

FENTANILO ; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora