FENTANILO ; kookmin

26. Ho fallito

¿Se quedó a dormir por tres días enteros en la casa de Lorenzo? Si, y no se arrepentía de nada.

Después de la noche tan calurosa y navideña que tuvieron en el baño, Ángelo despertó con un poco de dolor en las piernas gracias a las sentadillas mal elaboradas sobre su chico, pero eso no era nada, más fuerte fue la vergüenza que sintió cuando a la hora de desayunar, la señora Barone se dedicó a solo hacerles bromas respecto a toda la bulla que hicieron, realmente le hacía sentirse nervioso y de cierto modo, tímido, así que ahora comprendía lo que sentía Lorenzo.

Agradeció que al menos en la academia les dieron una semana de vacaciones para poder pasar las fiestas como se debía, y era lo mejor pues significa pasar mucho tiempo con el pelinegro, colmarlo de besos y estar todo el día abrazado a él como dos flojitos que solo dedican sus horas a ser unos melosos de primera.

Pero tampoco era tanto así, Ángelo estaba consciente de que esa no era su casa y estar de vago era mal agradecer, por eso mismo hacía la limpieza general con ayuda de su novio cada mañana después de desayunar, para que cuando la señora Barone llegue de su jornada laboral, simplemente pueda descansar y estar con un peso menos de encima.

Era lo mínimo que podía hacer después de ser tan bien recibido por Marzia.

Aún así tuvo que regresar a su casa al tercer día, primero, porque quería dejar descansar a Lorenzo y también porque cada uno tenía sus cosas personales que hacer, Ángelo no mucho, pero sabía que su chico sí.

Así que pasó lo que restaba de la semana completamente aburrido, solo, claro que trataba de matar el tiempo con algunas de sus cosas favoritas, cantaba, bailaba un poco, pintó sus uñas de un color púrpura suavecito, también trató de buscar nuevos estilos de peinados para su cabello, y claro, mensajeo por un largo rato con Lorenzo, pero igualmente, estar en su casa era cansado incluso si no hacía nada, ese lugar lo consumía y hacía que sus ganas de regresar sean nulas, pero debía de acostumbrarse.

No todo era tristeza, el cumpleaños de Maurizio era esa noche, un perfecto y exacto 30 de Diciembre, así que estaba preparando todo para poder disfrutar de la fiesta que se organizaría en la mansión Caruso, y claro, también para ver a su novio.

Su teléfono vibró, así que se apresuró en ver los mensajes que le llegaban, obviamente era Lorenzo.

Renzo <3

Demoraré un poco, pero en veinte minutos salgo, tú?

en cinco minutos salgo de mi casa, nos vemos ahí 🙈

Renzo <3

Vendrás a dormir a mi casa después de la fiesta?

Mmmmmmm

no sé, si me convences puede ser que si

Renzo <3

tonto

vé con cuidado, te amo

Guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón y terminó de retocar su peinado, pero el sonido de su puerta abriéndose hizo que frunciera el ceño.

Pero al ver que se trataba de Almiro, suspiró un poco.

-¿Qué necesitas?

El castaño sonrió suavemente, sosteniendo entre sus manos una caja blanca que le hizo recordar aquel día del compromiso de Almiro, en el que tuvo su ataque de pánico-. ¿Irás a una fiesta?