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— ¿Puedo saber dónde encontraron el cuerpo?

Li Lianhua se tapo el rostro con una tela blanca para evitar el mal olor, aunque es imposible y siempre se pasa; al menos es útil para hacerle imposible entrar a su nariz directamente. Es una buena forma de ver el cuerpo.

La jefa de las flores se limpio el sudor y con una sonrisa le respondió.

— En el callejón, a diez tiendas del restaurante xingguang.

Li Lianhua asintio y les pidió salir para poder trabajar con más tranquilidad, viendo cómo se marchaban se quitó la tela de la cara y comenzó a tocar varios puntos específicos.

La cara: sin rastros de golpes.

El cuello: sin rastros de cortes.

El cuerpo: a excepción de los pies que tienen algunos moretes no hay nada más.

Pero hay un punto crítico que lo pone en duda.

— ¿Marcas de dientes? — frunció el ceño.

Abrió la boca de la mujer y se tapo inmediatamente la nariz, la volvió a cerrar y la cubrió de nuevo. Comenzó a revisar la cabeza, como el cabello, el cuero cabelludo y los adornos que trae puesto.

Suspiró y cubrió el cuerpo de nuevo.

Salió de la habitación de nuevo con una expresión extraña, las mujeres de la casa Xifang Hua se sintieron nerviosas al verlo salir; las criadas que se encargan de cuidar a las flores se escondieron al rincón.

El instinto humano, esconderse ante el peligro aunque no sean la presa.

Li Lianhua sonrió por fin.

— ¿Quién se encargo de la señorita Xiao Fei ese día?

El silencio llegó y una mano de alzó entre la multitud.

— Soy Yin, señor detective.

Li Lianhua sonrió y le señaló la habitación.

Entraron y la puerta se cerró.

— ¿Podría decirme que es lo que sucedió ese día? ¿Con quién se vio la señorita? ¿A qué horas salió? ¿A qué lugar se dirigía?

La sirvienta asintio nerviosa.

Pero ¿Quién no estaría nervioso cuando está vinculado con la muerte de alguien que es conocido? Li Lianhua comprende muy bien porque actúa asi.

— Ella se levantó a la misma hora de siempre, a las 7 y 8 de la mañana, a las 9 de ese día se vio con el joven maestro de la casa de té Xingzuo, y a las 10 volvió de nuevo para darse un baño y cambiar de ropa. A las 11 se dirigió al mercado para comprar algunas prendas nuevas.

Li Lianhua asintio con cada palabra que decía.

Entonces ella se detuvo.

— Esa vez, a las 2, el mandadero de la posada le dijo que su señor quería reunirse con ella en el restaurante Xingguang. Después de eso, ella me envió de regreso a la casa Xifang Hua y ella regreso así.

Su voz se entrecorto a medio relato, Li Lianhua desvio la mirada cuando ella comenzó a sollozar.

La miró de nuevo se calmó.

— ¿Cómo se llama el señor que pidió la reunión?

La señora pensó por un momento.

— No lo dijo, pero llevaba a un perro con él.

Vaya coincidencia.

Li Lianhua forzó una sonrisa y asintio de nuevo.

Agradeciendo por la ayuda e información que le brindo, se despidió de la casa Xifang Hua y volvió al núcleo de la sospecha.

- La posada -

- La posada -

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— Wu Yan.

Li Lianhua tiro la capa a una de las sillas y comenzó a escribir en una hoja en blanco una carta de respuesta para Fang Xiaobao.

El mencionado apareció inmediatamente con una expresión serena, esperando las órdenes que en cualquier momento se le darán.

“Fang Xiaobao. ¿Crees que en verdad puedan existir los fantasmas que copian el rostro? Creo que he encontrado uno al fin. ¿Debería continuar buscando su verdadero rostro.”

Dobló el papel y lo metió en un sobre, escribiendo en el: Li Lianhua.

Lo entrego a Wu Yan quién inmediatamente lo envío en el halcón de nuevo al palacio imperial.

— ¿Ha descubierto algo?

Li Lianhua asintio con el ceño fruncido.

Vio a Wu Yan quién se enderezó esperando órdenes.

— ¿La posada tiene bodega?

Él asintio.

— Mayormente la dejan bajo llave, solo el dueño y el gerente pueden entrar.

Li Lianhua asintio con el ceño fruncido.

La historia de un Loto [Fanghua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora