Capítulo 9

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La inscripción en el muro
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-¿Qué está pasando aquí? ¿Qué es todo ese revuelo?

Atraído sin duda por el grito de Malfoy, Argus Filch se abría paso a empujones. Vio a la Señora Norris y se echó de rodillas, llevándose horrorizado las manos a la cara.

-¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? -chilló. Con los ojos fuera de las órbitas, se fijó en Harriet-. ¡Tú! -chilló-. ¡Tú! ¡Tú has matado a mi gata! ¡Tú la has matado! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!

-Yo...

-¡Argus!

Tal vez una una maldición o una bendición, Dumbledore había llegado, seguido de otros profesores.

-Ven conmigo, Argus -dijo a Filch-. Ustedes también, Potter, Weasley y Granger.

Lockhart se adelantó algo asustado.

-Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él.

-Gracias, Gilderoy -respondió Dumbledore.

La silenciosa multitud se apartó para dejarles paso. Lockhart, nervioso y dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido.

Cuando entraron en el oscuro despacho de Lockhart, hubo gran revuelo en las paredes; Harriet se dio cuenta de que algunas de las fotos de Lockhart se escondían de la vista, porque llevaban los rulos puestos. El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó. Dumbledore dejó a la Señora Norris sobre la pulida superficie y se puso a examinarla. Harriet, Ron y Hermione intercambiaron tensas miradas y, echando una ojeada a los demás, se sentaron fuera de la zona iluminada por las velas.

Dumbledore acercó la punta de su nariz larga y ganchuda a una distancia de apenas dos centímetros de la piel de la Señora Norris. Examinó el cuerpo de cerca con sus lentes de media luna, dándole golpecitos y reconociéndolo con sus largos dedos. La profesora McGonagall estaba casi tan inclinada como él, con los ojos entornados. Snape estaba muy cerca detrás de ellos, con una expresión peculiar, como si estuviera más molesto de lo normal o tal vez como si estuviera preocupado. Y Lockhart rondaba alrededor del grupo, internada hacerse pasó entre los profesores para estar en primer lugar y ser él el que supiera que le había sucedido. Pero como no pudo pasar a los profesores hizo sugerencias.

-Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte..., quizá la Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.

Los sollozos sin lágrimas de Filch acompañaban los comentarios de Lockhart. El conserje se desplomó en una silla junto a la mesa, con la cara entre las manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris. Aunque Harriet detestaba a Filch, no pudo evitar sentir compasión por él. Pero si Dumbledore creía a Filch, la expulsarían sin ninguna duda.

Dumbledore murmuraba ahora extrañas palabras en voz casi inaudible. Golpeó a la Señora Norris con su varita, pero no sucedió nada; parecía como si acabara de ser disecada.

-... Recuerdo que sucedió algo muy parecido en Uagadugú -dijo Lockhart. Todas las fotografías de Lockhart que había en las paredes movieron la cabeza de arriba abajo confirmando lo que éste decía. A una se le había olvidado quitarse la redecilla del pelo.-, una serie de ataques. La historia completa está en mi autobiografía. Pude proveer al poblado de varios amuletos que acabaron con el peligro inme...

-Gilderoy - pronunció Snape, causando que incluso la piel de este, se erizara.- Te agradecería si guardaras silencio para sus los... Que sí saben, puedan hacer sus conclusiones.- lo dijo con la misma voz lenta y pausada de siempre, analizadora, y con mucha dificultad buscando las palabras apropiadas y decentes para no decir "cierra la boca".

Harriet Potter: Saga completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora