Capítulo 5

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La cabaña.
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Harriet dio vueltas cada vez más rápido con los codos pegados al cuerpo. Se sintió mareada y cerró los ojos. Cuando por fin le pareció que su velocidad aminoraba, estiró los brazos, a tiempo para evitar darse sostenerse antes de caer contra el suelo.

Cuando por fin pudo enderezarse vio donde estaba. Era una casa muy hermosa, extraño para Sirius y Lupin, era tranquila y pacífica. La madera cubría el piso crujiente en sus pies y las paredes. Cortinas blancas que se movían con el viento, sillones de vieja pero realmente cómodos. Y como era de esperar, miles y miles de libros en estantes. No se imaginaba tanta tranquilidad en la casa de Sirius, se imaginaba algo más costoso, pero tal vez era la casa de Lupin, de él sí lo esperaba, pero no había rasguños por ninguna parte ni cosas destrozadas.

-Bueno, siéntete en casa.- dijo Lupin después de salir de la chimenea con el baúl de Harriet.- Tal vez no es la casa más adaptada a una adolescente, pero... Creo que es mejor que la de los Dursley.

-Es increíble.- admiró Harriet.

Sirius salió de la chimenea.

-¿Remus, ésta es tu casa?- preguntó Harriet contemplando centímetro a centímetro.

-Bueno, sí y... También de Sirius.

-Es sorprendente.

-Creo que no tenemos muchas normas para seguir.- dijo Sirius pensando.- Creo que hay un inventar algunas.- le susurró a Remus. El cual solo rio.- Bueno, creo que no la puedes hacer arder, creo que no puedes hacer fiestas extremadamente ruidosas en las noches, a Remus le gusta descansar bien, tiene el sueño ligero últimamente. Tampoco puedes... Déjame pensar... No puedes dejar la puerta abierta en las noches.- parecía que Sirius se estaba esforzado en pensar qué no podía hacer.- Diría que rayar las paredes o romper los libros pero no eres una bebé...- Harriet dió con una puerta cerrada que parecía dar a un sótano.- No puedes ir ahí.- dijo muy serio y mirándola fijamente, también Remus, que parecía preocupado.

-De acuerdo... No lo haré.- dijo Harriet, pensó que era mejor evitar problemas y disgustos.

-Bueno, tu... Tu habitación está arriba. -dijo Remus.

-No teníamos idea de como decorarla pero... Puedes hacerlo como quieras.- dijo Sirius haciendo un movimiento con su varita para que baúl de Harriet flotara mientras la acompañaba a su nuevo dormitorio.- A un par de kilómetros hay un pueblo, nosotros estamos algo apartados por... Bueno, nuestros problemas. Pero puedes ir al pueblo muggle a ver qué encuentras y comprarlo. Siéntete verdaderamente en casa.

Abrió la puerta que conducía al dormitorio de Harriet. Una gran habitación con un cama que parecía realmente cómoda, unas banderas de Gryffindor colgadas en la pared, al igual que algunos equipos de quidditch, algunos estantes vacíos y otros no. Una mesa de noche con una lámpara.

-No sabemos si te da miedo la oscuridad, recordé que a tu padre sí y... Bueno, aquí suele dar un poco de miedo.- dijo Remus.

Harriet solo contemplaba la habitación con una enorme sonrisa.

-Es perfecta, mucho más de lo que alguna vez tuve con mis tíos.- dijo mirandolos con una sonrisa. -Ellos me tenían en una alacena bajo las escaleras, no me da mucho miedo la oscuridad.

Harriet los abrazó.

Después de un rato, ellos la dejaron a solas para que pudiera acomodar todas sus cosas. Harriet pensó muy bien en como acomodar sus cosas. Todos sus libros de la escuela los acomodó en esos estantes, sabía que ya casi volvería a la escuela, pero disfrutaría verlos ahí de mientras. Acomodó su escoba en un soporte que parecía que Sirius lo había colocado ahí. Acomodó su ropa en el closet que había y no pudo esperar más para probar su cama. Realmente cómoda.

Harriet Potter: Saga completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora