𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌

21. Recuerdos olvidados

"Era como si su toque tuviera el poder de invocar los demonios que dormían en su ser."

Nova había dejado de asistir a las clases de repuesto que habían asignado en Hogwarts. Desde el enfrentamiento que tuvo con Voldemort ella había estado en su cama durmiendo por horas y solo se levantaba para tomar agua, alimentarse o bañarse, pero volvía a dormir. Todos creían que era por la perdida que había sufrido con Sirius y pensaban que no sabía como afrontarlo.

Sin embargo, lo que nadie sabia era que Nova había pasado días soñando con recuerdos que incluso parecían ser más de Tom Riddle que de ella, lo que la hacia sentirse confundida. Se había dado cuenta de que su cicatriz estaba totalmente marcada como si fuera de un suceso reciente y ardía cada vez más. 

Con el regreso de Dumbledore como director de Hogwarts, la mente de Nova intentaba convencerse de que todo estaba bien y nadie le haría daño. Aunque el dolor en la marca y las pesadillas decían lo contrario.

Ella se encontraba dormida un día antes de que las clases terminaran, su mente divagando por dentro, de pronto como era costumbre ella apareció en un lugar que no reconocía, era una casa grande, arreglada de decoraciones navideñas.

—James, entra a casa, necesito que estes con Nova y Harry —Nova miró a la mujer que salía apresurada,— Después terminas de decorar.

—Ahora voy — James coloco la corona navideña en la entrada de la casa,— Listo —sonrío.

Nova se acerco lentamente, era evidente que ellos no podían verla, la puerta tenía un cuadro de madera donde se había tallado la palabra "Familia Potter". Nova comprendió que a quienes veían era a sus padres, cuando entro a la casa miró a los dos pequeños que estaban en el suelo gateando rodeados de juguetes.

—Mi pequeña Lily, ¿A donde crees que vas? —James tomó a la pequeña y la cargo mientras Harry estaba jugando con un pequeño reno,— Papá ya esta de regreso Nova.

—Sirius dijo que vendría pronto, pero ese pronto sabemos que sera una hora después de lo que se le dijo —comentó Lily desde la cocina.

—Te dije que debiste decirle que la hora de llegada era a las dos, así iba a llegar a las tres y sin que el lo supiera iba a ser puntual —bromeo James escuchando la risa de su esposa.

Nova sonrío ante el agradable recuerdo, pero ella misma sabría que pronto se convertiría en una pesadilla porque así era el patron de sus sueños. Cuando se giró hacia la pequeña Nova que estaba siendo cargada por su padre, la misma pequeña la miró directamente a los ojos, como si ella supiera que estaba ahí. 

—¿Crees que ella venga? —Lily dijo, James miró a su esposa saliendo de la cocina.

—¿Nova?, no, ella lo dejo claro, jamás pisaría nuestro hogar, ni aunque mi hija llevará su nombre —declaró James,— Solo espero que ninguno de mis hijos pase lo mismo que ella.

—Interveniste mucho en su relación con Regulus —admitió Lily.

—Es un mortifago —susurro James,— Le hara daño tarde o temprano, si algo le pasa, ¿Crees que podré soportarlo?, esa maldita profecía siempre la ha perseguido...

Fue entonces cuando la casa comenzó a caerse en pedazos, James desapareció, su madre desapareción y todo se volvió oscuro, el lugar era diferente, mujeres corriendo de un lado a otro y un hombre en la puerta.

—Ha naciedo, es un varón —grito la mujer,— Tom Riddle —ella salió y miró al hombre,— ¿Acaso no quiere pasar a ver al niño?

—No, el no es nada mío —miró a la mujer que estaba siendo desangrada,— Ya sabes donde dejarlo si muere —el hombre le tiro un par de billetes a la mujer y se fue.