Abril, 1998
Nova observaba con una mezcla de asombro y deleite su mano, cubierta de un espeso manto de tinta negra. Antes, había enfrentado esos inquietantes trazos con miedo y temor, temerosa de lo que podrían representar. Pero con el tiempo, había encontrado un extraño confort en esa oscuridad que parecía haberse apoderado de su piel, como una sombra amigable que había venido a quedarse.
Una sonrisa inquieta curvó sus labios al recordar las ocasiones en las que había utilizado su maldición, para adentrarse en las profundidades de la mente de quien quisiera. Disfrutaba de la sensación de poder que inundaba su ser cuando exploraba los recuerdos ajenos, jugando con las emociones y pensamientos de otros.
Un recuerdo particularmente fresco y doloroso se materializó en su mente, uno en el que había revivido la angustia de Hermione Granger mientras era torturada por Bellatrix. Esa imagen era su pequeña venganza, una forma de retribuir a Hermione por las veces que la había excluido de las salidas con Harry y Ron, provocando así un deseo de perturbar la paz de la joven bruja que se encontraba refugiada en el hogar de Bill Weasley.
Cuando finalmente apartó la vista de su marca, comenzó a ocultarla con cuidado, volviendo a su aspecto normal. Había abrazado tanto ese poder que ahora era ella quien se resistía a soltarlo. El vínculo entre su ser y la marca mágica era innegable, una parte de ella que antes desconocía, y ahora se encontraba en un dilema interno.
—¿A esto le tenías miedo, Nov? Realmente no sabía cuán bien se sentiría —susurró para sí misma, sus ojos fijos en la marca que había sido una fuente de inquietud en su vida.
Ella misma era consciente de que odiaba la idea de tener que ocultarse cuando tenía el potencial de hacer que el mundo la conociera y la respetara. La tentación de exhibir sus habilidades mágicas era fuerte, pero algo la detenía.
Fue en ese momento cuando Draco entró en la habitación, interrumpiendo sus pensamientos con su presencia.
—Nov, has estado encerrada en esta habitación durante días. ¿Por qué no salimos a recoger duraznos? —preguntó, mirándola con ojos amables y comprensivos.
Nova suspiró y se acercó a él.
—Lo mismo de siempre... — Nova murmuró, con un atisbo de cansancio en su voz — Está bien, salgamos a recoger duraznos.
Draco la observó con una mezcla de anhelo y dolor. Solía ser su confidente, su persona, pero ahora ella era un enigma, una sombra de lo que una vez fue. Sabía que Nova tenía secretos, mentiras que ocultaba celosamente, y eso lo atormentaba. Mientras ella mantenía a los Malfoy en una realidad ilusoria, el mundo mágico la buscaba implacablemente como una de las asesinas más buscadas, una figura enigmática que había dejado una estela de muerte a su paso.
Caminaron juntos hacia el huerto de duraznos, pero el silencio pesaba en el aire, interrumpido solo por el susurro del viento. Nova sentía la mirada penetrante de Draco sobre ella, sintiendo un nudo en el estómago que se negaba a desaparecer, pero no se atrevía a enfrentarla. Nova se entretenía acomodando cuidadosamente los frutos en una canasta.
—Nov... —susurró Draco, su voz cargada de preocupación y un toque de tristeza. Nova alzó la mirada, encontrando la mirada inquisitiva de Draco fija en ella,— ¿Recuerdas nuestra promesa de no mentirnos? —ella asintió con cautela.—Entonces, ¿por qué has estado saliendo de la casa por las noches? —inquirió Draco con una mezcla de preocupación y confusión en su voz.
Sin embargo, su respuesta fue evasiva, como si pretendiera no saber a qué se refería Draco.
—¿De qué hablas? —preguntó Nova, desviando la mirada, sus ojos verdes ocultando secretos profundos.
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𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌
FanfictionNova Potter no era más que "La hermana de Harry Potter" para la sociedad mágica, pero todo cambia cuando Dumbledore se da cuenta de que cometió un error al pensar que Nova nunca estuvo conectada con Voldemort. Es así como la profecía perdida revive...