𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌

26. Secretos a distancia.

A la mañana siguiente, Nova fue la primera en aparecer en el aula de Defensa contra las Artes Oscuras. Mientras su mente divagaba en la discusión con Harry, se dio cuenta de que había cosas que había ignorado.

El suave tintineo de la puerta al abrirse interrumpió sus pensamientos. Sin embargo, Nova no le prestó atención de inmediato, ya que era costumbre que los estudiantes de Hufflepuff llegaran poco a poco a esa clase. Sus recuerdos de la discusión con Harry seguían frescos en su mente. Las palabras de su hermano resonaban en sus oídos: "—Malfoy te está cambiando. Siempre supe que esto iba a suceder. Ahora que es posible que sea un..."

¿Draco? ¿Qué era ahora?, se preguntó Nova, sintiendo una creciente inseguridad. Recordaba el cansancio en el rostro de Draco y algunos rastros que indicaban que algo estaba sucediendo con él. La expresión de Harry había sido una advertencia, y Nova se daba cuenta de que no podía simplemente pasar por alto sus palabras. 

—Hola, lamento si mi presencia te molesta —Nova alzó la mirada y lo observó atentamente,— Soy Ernest McMillan, estuve contigo en lo del ED, tal vez no me recuerdes.

—Te recuerdo —Nova respondió con sinceridad, aunque aún no entendía por qué Ernest se había acercado.

—Me alegra escuchar eso, ¿puedo sentarme contigo? Lo que pasa es que no veo muy bien si me siento atrás —dijo Ernest, evidenciando su nerviosismo.

—El salón está completamente vacío, puedes elegir el que sea —respondió Nova, su confusión creciendo, pero aceptando su presencia sin objeciones—. Bueno, si crees que verás mejor aquí, está bien.

Ernest asintió y se sentó junto a ella. Nova notó el nerviosismo en sus acciones mientras intentaba quitarse la bufanda de Hufflepuff y, al mismo tiempo, meterla en su mochila. Ella desvió la mirada y volvió a sus pensamientos.

—Las bufandas hacen que tengas más calor de lo normal, ¿verdad? —rió Ernest ante su propio comentario.

—Supongo —respondió Nova.

—¿Cómo has estado? —preguntó Ernest con amabilidad,— Yo a veces intento controlar esta parte de mí, suelo hablar mucho.

Nova le devolvió una sonrisa más sincera. La forma en que Ernest hablaba y su amabilidad estaban comenzando a hacerla sentir más cómoda en su compañía.

—No hay problema.

—Bien, creo que la clase de Snape es complicada, yo aprendo, pero saliendo del salón mi cabeza borra todo lo aprendido —Ernest continuó con su charla, aliviando aún más la tensión en el ambiente. 

Nova lo escuchó con atención, apreciando la manera en que intentaba hacer la conversación más amena. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo por concentrarse en lo que decía Ernest, Nova seguía pensando en las palabras que Harry le diría sobre Draco. Así pasó toda la clase, incluso cuando Snape daba el tema, su mente seguía divagando en dirección a Draco. Cuando finalmente la clase terminó, Nova buscó a Neville pero se dio cuenta de que no había asistido a clases.

—¿Tienden a mirarte mal los de tu casa? —la pregunta de Ernest la tomó por sorpresa. 

—¿Mirarme mal? —repitió Nova, tratando de entender a qué se refería.

Ernest asintió.

No estaba acostumbrada a que la observaran de esa manera en su propia casa, en Gryffindor. Se giró para ver a su alrededor y se dio cuenta de que, efectivamente, varios de sus compañeros de casa la miraban con expresiones de desaprobación.

Tragó saliva, sintiéndose incómoda por la idea de que su propia casa pudiera juzgarla. Intentó disimular su confusión y se despidió de Ernest, sintiéndose impulsada a alejarse de allí. Salió del lugar en busca de Neville, agradecida por encontrarlo en el Gran Comedor junto a Ginny.