𝟎. 𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅

31.7K 2.4K 121
                                    

1981

Minerva McGonagall estaba caminando de un lado a otro esperando las órdenes de Dumbledore.

— Tranquila Minerva, el los traerá a salvo —aseguró Dumbledore.

— No puedo confiar demasiado en esta familia, eso es lo que me preocupa.

Fue entonces cuando un ruido detrás de ellos los hizo voltear, Hagrid apareció con un pequeño en brazos.

— Solo estaba Harry, intente encontrar a la pequeña, pero no había nadie.

— ¿Y Snape?, ¿La vio? —preguntó Dumbledore sin preocupación.

— No había nadie más ahí —esas palabras fueron suficientes para que Minerva desapareciera del lugar.

— Tranquilo Hagrid, dejalo aquí, debemos encontrar a la niña —acomodó al pequeño para dejarlo en la puerta.

— ¿La aceptarán?, con uno seguramente se llevarán una sorpresa. —Dijo Hagrid preocupado.

— Eso es lo de menos, volveremos al lugar.

Dumbledore se espero a que la puerta se abriera y Harry fuera llevado dentro de la casa, cuando eso sucedió ellos desaparecieron y se dirigieron al hogar de la familia Potter.

Estaban a punto de entrar, pero Minerva le hizo señas para que se dirigiera a la parte trasera. Hagrid se quedo ahí cuidando alrededor del hogar qué Evidentemente parecía destruido.

— ¿Qué paso?, ¿La encontraron? —Minerva asintió.

— Severus la tiene y me pidió que la viera en persona —dijo Minerva.

Dumbledore se acercó a Snape qué estaba de espaldas.

— Tenias razón —dijo percibiendo la presencia de Dumbledore,— Es idéntica a ella, incluso en los ojos.

Snape volteo y le descubrió el rostro  de la bebé qué estaba acurrucada en Snape con los ojos bien despiertos mirando curiosa. Cabellos rojizos pequeños y sus ojos brillosos.

— Hay que dejarla con ellos —hablo Dumbledore.

— Deja que la cuide —Dumbledore negó,— Dejame tener su último recuerdo —suplico Snape.

— No, Snape sabes que no puedes, ella tiene que estar con su hermano —Snape asintió a las palabras de Dumbledore,— En unos años ella estará en el colegio y podrás estar para ambos.

— Nova Lily Potter —añadió Snape cuando Minerva se acercó a él,— Es su el nombre de la niña —acercó a la pequeña a los brazos de Minerva.

Nova, quien estaba quedándose dormida al sentirse alejada de Snape abrió los ojos y sostuvo el dedo pulgar de Snape con fuerza. Snape sonrió a pesar de estar devastado por la reciente muerte de Lily.

— Debemos llevarlo con su hermano, el ya esta con la familia aunque claro que será una sorpresa cuando vean a esta pequeña —aclaro Minerva.

— Nos vemos en unos años Nova —dijo Snape antes de alejarse,— Regresaré al colegio.

Minerva llevo acabo la última misión de llevar a Nova con los Dursley, espero pacientemente en su forma de gato qué abrieran la puerta y asegurarse de que se quedarán con ella.

Como era de esperarse los gritos de Vernon Dursley se escucharon cuando Petunia entro con la niña en brazos.

—Hablamos de dos mocosos Petunia, ¿Cómo cuidaremos a esos dos? —Vernon grito con enojo.

— Tampoco me agrada la idea, pero ¿Los dejaremos en la calle? —dijo Petunia.

El grito proveniente de Vernon levantó a Dudlet lo que hizo que Harry y Nova comenzaran a llorar. Minerva estaba nerviosa pensando que tal vez con eso era suficiente excusa para el matimonio y sacar a ambos niños de la casa.

Sin embargo, Vernon cargo a Dudley hacia su habitación dejando a Petunia con ambos. Ella se acercó y puso a ambos en el sillón, cuando ambos estuvieron juntos el sollozo empezó a desvanecerse, cuando Nova se removió Minerva alcanzo ver una pequeña marca en  su muñeca.

Eso indicaba que no solo Harry había salido dañado sino también Nova.

1990

Los años pasaron tal como se había planeado desde un principio, Harry y Nova crecieron con una niñez no muy agradable para ambos. Nova siempre se metía en problemas cuando intentaba robar comida para Harry comiera, pero casi siempre la descubría Dudley. Esta era una ocasión similar, Nova tenía lágrimas en los ojos mientras acariciaba sus manos por el dolor que le causo al quemarse con la estufa.

— ¿Te sigue doliendo? —susurro Harry mientras la seguía abrazando.

— Tengo hambre —sollozo mirando sus manos.

— Nova, no debiste salir —dijo aplicando una pomada que Petunia les había lanzado por la pequeña ventana de la pequeña puerta que tenía en la habitación debajo de las escaleras.

— Es que hicieron lasaña y me gusta —Harry asintió a las palabras de su hermana,— ¿También estas enojado conmigo?

— No, claro que no —aseguró Harry sonriendo,— Esperemos a que terminen de cenar y te traere un pedazo.

Aunque el dolor en sus pequeñas manos seguía, Nova se quedó dormida con la seguridad de que cuando despertara su hermano estaría ahí con un pedazo de lazaña, porque Harry siempre la consentía, porque el siempre cumplía sus promesas. 

Nova estaba profundamente dormida,  invadida por el mismo sueño de ella con sus padres y su hermano. Aunque normalmente en los sueños los rostros de sus padres no podía distinguirlos intentaba imaginar como eran. Nova quería una familia, quería sentirse amada, quería sentir lo mismo que Dudley sentía cuando se iba a la escuela y su mamá lo llenaba de besos en la mejilla.

Harry espero a que dieran las dos de la mañana para escurrirse por la cocina y robar un pedazo grande de lazaña. Lleno dos vasos con agua y regreso a su habitación lo más rápido que pudo. Nova se despertó cuando la cama se hundió y miró a su hermano con el plato de lazaña, ella sonrío.

— ¿Crees que se den cuenta? —Harry negó.

— Dudley siempre se levanta en la madrugada para comer, seguramente tío Vernon lo verá, tengo todo calculado —mencionó Harry para que su hermana no se preocupara.

— Harry, ya se acerca nuestros cumpleaños, ¿Crees que esta vez nos compren una rebana de pastel que vende la señora Hills? —preguntó Nova comiendo lentamente la lazaña.

— ¿El de frutas con pedazos de chocolate blanco? —preguntó Harry a lo que ella asintió,— Seguramente y si eso no es así entonces yo te comprare una rebanada.

— Que sean dos, una para ti y una para mi —susurro Nova.

Harry sabía perfectamente que sus tíos jamás gastarían en un pastel para ellos, pero tampoco quería ver a su hermana triste. La compañía de Nova era lo que le hacía seguir sonriendo, porque el era su hermano mayor, él debía protegerla.

Cuando ella se durmió por fin pudo descansar, le abrumaba ver como Nova era lástimada y castigada, prefería ser él antes que ver a su hermana llorar.

𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora