50. Segunda Guerra Mágica [Parte I]

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Hogwarts

Mayo, 1998

"Harry Potter está en Hogwarts", fueron los gritos que resonaron en los oídos de Nova cuando pisó Hogsmeade. Llegó sin temor, deshaciéndose de aquellos que buscaban su muerte. El bullicio y el caos que se estaban desencadenando eran indicios claros de que la guerra había comenzado, y Nova había forjado su propio bando. Miró al cielo y vio cómo los Dementores se dirigían hacia el lugar donde parecía estar teniendo lugar la batalla. La oscuridad y el conflicto habían vuelto a envolver el mundo mágico, y Nova se preparaba para ser parte de la tormenta que se avecinaba.

Ella continuó avanzando con paso decidido, adentrándose en los terrenos de Hogwarts. A su alrededor, sombras negras parecían surgir como guardianes invisibles, protegiéndola de los posibles ataques que acechaban en la penumbra. Cada paso que daba la llevaba más profundamente en el corazón del castillo, hacia su objetivo: encontrar a Voldemort. Sabía que tarde o temprano él se dirigiría hacia el castillo, porque ahí estarían ella y Harry, listos para enfrentarlo.

De repente, un grito la hizo girarse rápidamente.

—¡Lo sabíamos! —escuchó a alguien gritar—. ¡Traidora, traicionaste a tu hermano!

Nova sonrió al reconocer a Dean y Seamus, los mismos dos compañeros de Hogwarts que habían llevado a cabo aquella broma pesada en el pasado. La ironía de la situación no pasó desapercibida para ella.

Nova mantuvo su varita en alto mientras respondía a las acusaciones de Dean y Seamus con firmeza.

—Una vez le dije a McGonagall que se quejaban mucho por una simple broma, pero tal vez ahora deberían quejarse, porque será lo único que podrán hacer cuando los esté enfrentando —dijo Nova, su varita apuntando directamente hacia ellos—. No se preocupen, chicos, con o sin varita, mis palabras son suficientes para deshacerme de ustedes.

Seamus no retrocedió, manteniendo su propia varita lista.

—Siempre supimos que eras tú el problema —gritó, su varita apuntando a Nova.

Nova respondió, sin desviar la mirada de ellos.

—Y ustedes siempre metieron sus narices donde no les importaba —dijo con fuerza, señalando a ambos—. Ahora no esperen que tenga piedad ante ustedes.

Con un simple gesto de su varita, Nova hizo que Dean y Seamus cayeran de rodillas, retorciéndose de dolor bajo su influencia. Su poder era impresionante, y en ese momento, su mente recordó los rostros de aquellos que se habían burlado de ella, que le habían gritado y menospreciado. 

No necesitaba actuar individualmente; su poder era tan inmenso que, con un simple pensamiento, todos los rostros que pasaron por su mente eran atormentados, sin importar la distancia que los separara. La oscuridad le era fiel a Nova, y con un sencillo movimiento de su otra mano libre, hizo que esas personas sintieran el mismo dolor que había infligido a Dean y Seamus.

—Nova, detente —la voz de Remus la hizo girarse, liberando a Dean y Seamus de su influencia mágica—. Nova, por favor.

Nova pareció detenerse al escuchar a Remus, como si una pizca de humanidad volviera a aflorar en ella.

—Remus —susurró con un matiz de reconocimiento en su voz.

—Hay que matarla —susurró Molly en voz baja, pero Nova pudo escucharla.

—No —intervino Remus con firmeza—. Nova, sé que aún estás ahí.— Remus avanzó hacia ella con pasos seguros,—Nova, yo no te tengo miedo porque sé que puedes volver —añadió con calma.

𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora