30. Venganza

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"¿Lo ves, Nova? En este mundo, la piedad es una ilusión. Eres tú quien debe tomar las riendas, decidir quién merece vivir y quién debe perecer."

La voz retumbaba en la mente de Nova como un eco persistente que parecía no tener fin. Antes, Nova había asociado esa voz a su enfrentamiento con Voldemort, pero ahora se daba cuenta de que era mucho más que eso.

Era una parte de sí misma, una voz interna que la incitaba a tomar decisiones despiadadas, que parecía ansiosa por convencerla de algún propósito incomprensible.

Con el libro de Defensa contra las Artes Oscuras en sus manos, Nova avanzó por los pasillos de Hogwarts en dirección al aula de Snape. Sus pensamientos estaban nublados por esa voz que la atormentaba, pero estaba decidida a buscar respuestas.

Al entrar al aula, Nova dirigió la mirada hacia Snape, quien parecía absorto en la lectura de algunos pergaminos en su escritorio. Era un hombre de aspecto sombrío y misterioso, y la atmósfera en su presencia siempre estaba cargada de tensión.

—Profesor Snape —llamó Nova, su voz revelando una pizca de inseguridad en medio de su determinación—. ¿Puedo pasar?

La mirada fría y penetrante del profesor se posó en ella. Nova se sintió como si estuviera bajo un intenso escrutinio, pero mantuvo la compostura.

—Técnicamente, ya ha entrado —respondió Snape con su característico tono gélido.

Nova asintió con una ligera sonrisa incómoda antes de cerrar la puerta detrás de ella y avanzar hacia el escritorio de Snape.

—Bien, profesor —comenzó Nova con un ligero nerviosismo en su voz,— He terminado de leer el libro que me asignó.

—Muy bien, señorita Potter —murmuró Snape, sus ojos nunca abandonando los de ella,— Si no tiene nada más que decir, entonces puede retirarse.

Nova, sin embargo, no se retiró de inmediato. En lugar de eso, reunió valor y decidió hacer la pregunta que la había estado atormentando.

—Profesor —continuó Nova con determinación,— ¿Sabe algo acerca de si mi padre tenía una hermana?

Snape, al igual que Nova, notaba el sorprendente parecido entre la joven y su madre, Lily. A veces, esa similitud parecía desgarradora. Aunque en el fondo anhelaba haber tenido la oportunidad de cuidar de Nova como si fuera su propia hija, se culpaba por no haberlo hecho cuando aún tenía oportunidad.

Snape la miró, sus ojos negros penetrantes analizando a la joven que en algún momento de su vida había llevado en brazos cuando era un bebé.

—Sí, Elizabeth —respondió Snape, eligiendo sus palabras con cautela.

Nova continuó, decidida.

—Oí en algún momento algo sobre que me pusieron Nova por ella y Lily por mi madre —dijo, esperando obtener más detalles.

Snape pareció meditar sus palabras antes de responder, revelando una parte de sí mismo que rara vez mostraba.

—Señorita Potter, a veces es mejor no escarbar en el pasado de una vida que no tiene nada que ver con usted —aconsejó Snape, su voz manteniendo su tono imperturbable.

Nova, sin embargo, sentía que algo estaba cambiando en ella y que necesitaba respuestas.

—Creo que algo está cambiando en mí —finalmente admitió.

La confesión de Nova tomó por sorpresa a Snape. A menudo, él no era la persona a la que los estudiantes acudían en busca de consejo sobre asuntos personales.

𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora