36. Referencias

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Nova lo miró, acercándose lo suficiente como para acariciar su mejilla con ternura.

—No, no lo haré. Te elegí a ti, Draco, y no importa lo que pase, no te dejaré. Prometimos estar juntos, y eso incluye los momentos difíciles

—No me elijas, Nova. No quiero que te lastimen por mi culpa. Deberías irte mientras aún puedes.

—Draco —respondió Nova,— Te amo tanto que no puedo imaginarme una vida sin ti. No quiero verte sufrir, y no sé cómo ayudarte, pero estoy segura de que quiero estar a tu lado. Eres mi persona, y no quiero perderte.

Draco la miró intensamente, con sus ojos grises destellando en la penumbra de la habitación. Sin previo aviso, sus manos fuertes y seguras se posaron en la cintura de Nova, atrayéndola hacia él. La proximidad entre sus cuerpos era abrumadora.

Entonces, las palabras de Draco cortaron el aire, cargadas de dudas y tormento. Mientras hablaba, sus labios rozaron los de Nova de una manera que enviaba escalofríos por su espalda. Pero ella no se amedrentó; en su lugar, miró fijamente a los ojos grises que la contemplaban con tanta intensidad.

— ¿Enserio piensas amar a alguien que tarde o temprano se volverá un asesino? —susurró Draco, como si sus palabras fueran un desafío.

Nova sintió un nudo en la garganta ante la pregunta, pero no titubeó. Sus labios se entreabrieron, dejando escapar la verdad de su corazón.

—Te voy amar en esta y todas las vidas que vengan —afirmó Nova, su voz apenas un susurro compartido entre ellos. Mientras hablaba, sus labios encontraron el oído de Draco, enviando un escalofrío por su espina dorsal,— No mentía cuando me entregué a ti, te quiero para mí.

El aliento de Draco se entrecortó ante las palabras de Nova. La intensidad de su conexión era palpable en el aire cargado de la habitación.

—Nova —jadeó Draco, sediento ante ella,— No sabes lo que dices, ¿Soportarás cuando llegue estresado y decida hacerte el amor sin piedad? —Draco comenzó a desabotonar la camisa de Nova hasta que finalmente pudo tocar directamente su piel con sus dedos,— ¿Vas a permitir que te toque de todas las formas que yo quiera cuando regrese? —una de sus manos masajeó el pezón de Nova, haciendo que su respiración se entrecortara, mientras Draco besaba su cuello,— ¿Podré hacer lo que quiera con tu boca? Dime, Nova, ¿me lo permitirás? —posó su mano en su entrada, masajeándola en círculos.

—Draco... —soltó Nova intentando recuperar su postura, pero el tacto de sus manos con su piel la desconcentraban,— Mientras seas tú quien toque mi cuerpo, dejaré que hagas conmigo lo que quieras.

Las palabras de Nova fueron suficientes para girarla y colocar su cuerpo contra el armario. Draco sabía cuáles eran los puntos débiles de Nova; fue entonces cuando su miembro rozó descaradamente su entrada haciéndola gemir. Cuando Nova estaba a punto de pedirle que dejara de torturarla, Draco tomó su cadera con ambas manos y entró en su interior, haciendo que ambos disfrutaran del momento.

Draco siguió moviéndose con fuerza y rapidez, llenando la habitación con el sonido de gemidos y el roce de sus cuerpos. La tomó con firmeza y la giró, aprovechando la presencia de un sofá para acomodarla a su antojo sin dejar de mantener el mismo ritmo apasionado.

—Draco... —gemía Nova, su voz cargada de deseo y su mirada nublada por la excitación que la embargaba.

—Si pudiera tenerte de esta manera siempre que quisiera... —murmuró Draco con la voz ronca de la pasión.

Nova, sin poder contenerse, provocó a Draco con una pregunta tentadora. —¿Qué... te impide hacerlo?

Ambos sonrieron, hasta que finalmente Draco sintió el placer en su máximo esplendor cuando sujetó nuevamente la cadera de Nova, acelerando sus movimientos.

𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora