𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌

6. Sin mentiras

Nova se encontraba profundamente dormida en su habitación de Gryffindor, envuelta en la calidez de su cama y los susurros suaves de la Torre de Gryffindor. Sin embargo, su sueño pronto la llevaría a un lugar mucho más oscuro.

Se encontró a sí misma en una habitación pequeña, iluminada por una luz sombría que apenas permitía distinguir los detalles. En el centro de la habitación, un niño solitario estaba de pie, mirando a través de una ventana que se encontraba frente a él. El niño parecía ajeno a la presencia de Nova, como si estuviera atrapado en sus propios pensamientos.

—Ya te lo he dicho, ese mocoso es raro, insoportable —escuchó una voz a sus espaldas y se sobresaltó.

Era una mujer mayor, con un semblante cansado y una expresión de frustración en su rostro. Observaba al niño con desdén, como si estuviera harta de la responsabilidad que le había caído encima.

—¿Qué esperabas? —respondió otra mujer, que estaba junto a la primera—. Su madre murió cuando lo trajo al mundo. Está destinado a la desgracia desde el principio.

—Ni siquiera el señor Riddle es capaz de venir a visitar a Tom —dijo la mujer con enojo,— No nos quedará más que aguantarlo

Sabía que estaba viendo a Tom Riddle en su infancia, antes de convertirse en el temible Lord Voldemort. El niño parecía tan solo, tan vulnerable, y Nova pudo sentir la soledad que lo envolvía. Se preguntó si alguna vez había conocido el amor y la comprensión en su vida. 

En ese momento, el sueño dio un giro siniestro. La imagen de Tom Riddle se distorsionó y se transformó en Voldemort, con su aspecto aterrador y su mirada fría y despiadada. Nova sintió un escalofrío recorriendo su espalda mientras observaba a la criatura ante ella.

—Voy a encontrarte y te mataré, solo para hacer sufrir a tu hermano —susurró Voldemort con una voz lúgubre y amenazante.

Nova se despertó de golpe, con el corazón latiendo con fuerza y el sudor empapando su frente. El sueño había sido tan vívido, tan perturbador, que le costó unos segundos darse cuenta de que estaba de nuevo en su habitación de Gryffindor, rodeada por la seguridad de las cuatro paredes.

La voz de Voldemort seguía resonando en su cabeza, y Nova se preguntó, ¿Cómo era posible que después de tanto tiempo ella estuviera teniendo estos sueños? 

● ● ●

La clase de Defensa Contra las Artes Oscuras estaba sumida en un silencio incómodo mientras la profesora Dolores Umbridge daba su lección. Nova estaba sentada en su pupitre, pero su mente vagaba lejos de la monótona voz de Umbridge. Los eventos de su perturbador sueño la atormentaban, haciéndola sentir inquieta y distraída.

Las palabras de Voldemort resonaban en su cabeza, y ella se sentía atrapada en una espiral de pensamientos perturbadores. ¿Qué significaba esa conexión con el Señor Tenebroso? Estas preguntas la distraían constantemente de la clase.

La voz aguda de Umbridge cortó a través de sus pensamientos mientras la profesora hacía una pregunta a la clase. Nova, absorta en sus preocupaciones, no se dio cuenta de que era su turno de responder. Cuando Umbridge notó que Nova no levantaba la mano ni ofrecía ninguna respuesta, su sonrisa forzada se desvaneció.

—¿Señorita Potter? —llamó Umbridge con su voz chillona, rompiendo el silencio en el aula.

Nova parpadeó, regresando bruscamente a la realidad. Miró a su alrededor, dándose cuenta de que todos los ojos estaban puestos en ella, incluido el de Umbridge, cuyo rostro había adoptado una expresión de disgusto.

—¿Sí, profesora Umbridge? —respondió Nova, intentando sonar lo más respetuosa posible.

Umbridge arqueó una ceja, como si estuviera evaluando la respuesta de Nova.