𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌

47. Familia Potter

Marzo, 1998

Cada paso de Nova resonaba como un eco ominoso en el bosque, haciéndola parecer en sintonía con los gemidos y lamentos de quienes ahora yacían a su merced, antiguos "captores" que se encontraban esparcidos por doquier. Las ramas crujían bajo sus pies, y los árboles parecían contener susurros de testigos silenciosos de la confrontación que acababa de ocurrir. Los cuerpos yacían cubiertos de sangre, algunos postrados en el suelo por el impacto de los hechizos imperdonables que Nova había empleado con una furia inquebrantable. Había abandonado su refugio en Dinamarca, solo para materializarse en el condado de Devon, Inglaterra.

Cuando escuchó un susurro sutil detrás de ella, Nova giró en un movimiento ágil, sin que le importara la sangre que teñía sus manos o su aspecto desgarrado que la caracterizaba en ese preciso instante. A pesar de la tensión en el aire, su rostro se curvó en una sonrisa mordaz.

—Sabía que vendrías —dijo, con un desdén palpable en su voz. Se dirigió a la presencia invisible que la rodeaba. —Siempre apareces para recordarme lo desdichada que soy. Ese parece ser tu papel en mi vida.

Harry, con voz temblorosa, apenas podía articular palabras mientras observaba los cuerpos dispersos a su alrededor.

—N-nova —susurró Harry, sus ojos recorriendo la escena con conmoción. —¿Qué has hecho?

Nova se mantuvo firme en su posición y respondió con una tranquilidad fría.

—Deberías agradecerme, Harry. Ellos habían descubierto el escondite de Bill Weasley, y lo que hice dificultará las cosas para Voldemort —dijo Nova.

Harry, visiblemente consternado, no podía comprender la transformación que había sufrido su hermana.

—¿Por qué te comportas como un monstruo? —preguntó, su voz quebrándose. —Es cierto, olvidé que estás de su lado. ¿Los mataste para vengarte de mí? ¿Es eso?

Nova soltó una risa burlona, revelando su amargura.

—Sigues siendo el mismo —murmuró Nova, su tono lleno de sarcasmo. —El gran héroe y su maldita hermana que se unió a Voldemort. ¿Realmente crees que te traicioné? —se rió con desprecio. —Tú, el que siempre está sufriendo, el que me recordaba cada día que yo era una carga. ¡Por Merlín!

Harry frunció el ceño, molesto, tratando de defenderse.

—No te burles de mí. Siempre estuve a tu lado. Conocías mi cambio de actitud y sabes quién lo provocó —argumentó Harry, luchando por justificar sus acciones.

Nova, sin embargo, estalló de ira, haciendo que Harry retrocediera ante su furia.

—¡Mentiroso! —gritó Nova, su voz llena de enojo. —Cambiaste. Me heriste profundamente. Me llamaste una niña tonta una y otra vez, permitiste que estuviera al borde de la muerte, cegado por la creencia de que Dumbledore vendría a salvarme. Repetiste las mismas palabras que Vernon solía decirme, me llamaste traidora e incluso intentaste lanzarme un hechizo. Tú nos destruiste, Harry. Me destruiste a mí —continuó gritando,—Pero nunca lo admitirás.

Harry, abrumado por la avalancha de emociones, trató de entender la situación.

—¿Por qué viniste, Nova? —preguntó con cautela.

—Vine para hacerte lo mismo que me hiciste hace años, pero a mi manera. —Su voz resonó con un tono oscuro y amenazador.

Harry estaba a punto de partir, pero de repente, una extraña y oscura emanación rodeó a ambos, envolviéndolos en una nube oscura. Nova lo miró  y, sin previo aviso, penetró en la mente de Harry, conectando sus pensamientos y emociones en un instante. Le hizo experimentar en cuestión de segundos lo que ella había cargado durante años en su corazón.