𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌

46. Primera Navidad

"En un intento de capturar a Nova Potter, se han perdido vidas de la manera más espeluznante. Se estima que durante estos tres meses han caído víctimas, superando la cifra de cuarenta, a manos de Nova Potter. Ahora, más que nunca, Voldemort se convierte en nuestra última esperanza para detener a esta homicida despiadada".

Las palabras del Ministerio resonaron como un veredicto inclemente, una condena sin apelación que colocó a Nova en el papel de villana en una historia retorcida. La decisión de mantener a Draco y su familia a salvo había sido el inicio de una oscura travesía para Nova. Bajo la luna nocturna, cuando el mundo estaba sumido en el silencio y la mayoría dormía en la tranquilidad de sus hogares, Nova se aventuraba a los lugares más remotos, dejando su rastro como una advertencia mortal.

Su estrategia era sencilla pero eficaz: mantener a raya a quienes intentaban acercarse a ella o a su círculo cercano. Y lo hacía con una ferocidad incontrolable. Cuando los perseguidores creían que la tenían acorralada, se encontraban cara a cara con la oscuridad que la envolvía. En esos momentos, Nova no era ella misma, su ser estaba sometido a una entidad siniestra y despiadada que la impulsaba a infligir sufrimiento y muerte.

La espiral de violencia había comenzado en octubre y continuaba su escalada hasta diciembre, marcando tres meses en los que Nova había aceptado y abrazado su lado oscuro. Cada acto, cada vida que tomaba, se convertía en un peso en su conciencia. Sabía que no podía seguir así, pero la entidad que la dominaba parecía insaciable, y Nova se encontraba atrapada en un ciclo interminable de violencia.

En la tranquila cocina, mientras servía un vaso de agua, Nova escuchó la voz de Draco a sus espaldas. Había llegado sin hacer ruido, como si intuyera que Nova no podía conciliar el sueño. Nova agradeció haberse cambiado antes de regresar a casa. Cada una de sus excursiones nocturnas la dejaba cubierta de sangre, lo que requería que cambiara de ropa antes de que los demás despertaran.

—¿Nov?, ¿No puedes dormir?

Nova se volteó hacia Draco con una sonrisa forzada, tratando de ocultar la pesadez que sentía en su interior.

—Sí, parece que el insomnio me ha atrapado —dijo Nova, colocando su vaso con cuidado sobre la mesa,— Pero estoy bien, Draco. No te preocupes demasiado por mí.

Sus palabras sonaban tranquilizadoras, pero en su mirada había un destello de agotamiento. Nova se había adentrado en un terreno oscuro.

El rubio se aproximó aún más a ella, sus ojos grises centelleando con una preocupación genuina.

—Me desperté y no te vi, así que pensé que tal vez te habías sentido mal —confesó Draco mientras se acercaba a ella.

Nova apreció la atención de su novio, pero también se sentía agradecida por la independencia que él le otorgaba.

—Lamento no avisarte, sé que no debo andar de un lado a otro, pero era necesario. Prometo que te avisaré si no puedo dormir —aseguró Nova.

Draco colocó sus manos en la cintura de Nova, acercándola suavemente a él. La cercanía y el apoyo que brindaba la hacían sentir segura y amada.

—Sabes que puedes hacer lo que quieras —dijo Draco con ternura—. Pero en estos momentos sería mejor que no lo hicieras sola.

El paso de los días se había hecho notar, y el espíritu navideño se había apoderado de la casa. Adornos festivos y luces parpadeantes llenaban cada rincón, recordándoles que la Navidad estaba a la vuelta de la esquina. Habían decidido aventurarse al mundo muggle días atrás, camuflándose entre la multitud para conseguir los adornos y el árbol que decoraban la sala principal.