𝐍𝐨𝐯𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 | 𝐃𝐌

12. Voces

Nova había decidido hablar finalmente con Harry animada por Remus, especialmente porque al día siguiente sería Navidad. Dejo en su escritorio los pergaminos para escribirle a Draco y Neville cuando regresara de hablar con Harry. Suspiró y finalmente se dirigió a la habitación de Harry la cual compartía con Ron.

La puerta estaba abierta y solo estaba Harry. Ella sonrío y entro, estaba segura de que el enojo ya se le había pasado pues se había quedado en su habitación gran parte del tiempo para no molestarlo.

— Hola —dijo Nova con suavidad.

Harry se giró y la miró,— ¿Que haces aquí?

— Me preguntaba si estabas mejor —entro pero no se acercó,— Remus dijo que ayer habías tenido pesadillas.

— No soy un niño para que vengas a verme —ella asintió ante las palabras de Harry,— Estoy bien.

— Me alegra —sonrió,—Si te sientes mal puedes avisarme —le sugirió,— Deberías descansar un poco más.

— Si sigues aquí no podré descansar —conestó Harry haciendo que la sonrisa de Nova desvaneciera.

— Harry, no deberías portarte así conmigo, soy tu hermana —le recordó Nova.

— Solo de estorbarme por un momento,  ¿Quieres? —la miró,— Ya tengo bastante con que estemos en la misma casa.

Ella lo miró incrédula ante su respuesta. Se había encerrado en su habitación por días sin disfrutar de estar en ese lugar solo porque todos estaba enfocados en Harry.

—He estado lejos porque no quiero que mi presencia te moleste —soltó Nova, alzando la voz para ser escuchada por encima del rugido de sus emociones,— No he hecho nada para que me trates así —su voz se cortó, como una hoja caída en medio de un viento helado.

Harry, con la mirada encendida de ira y frustración, se acercó a ella con pasos decididos, con una expresión de rabia.

—¿No? —gritó Harry, y su voz resonó en la habitación como un trueno que anuncia la tormenta,— Me asfixias a cada momento —sus palabras eran afiladas como cuchillos, cortantes y venenosas,— Tal vez Vernon tenía razón, no eres más que una niña que hace que todos pierdan la paciencia.

Los ojos de Nova se cristalizaron como lagos en invierno. El hecho de que Vernon, le hubiera lanzado esas mismas palabras en el pasado ya había dejado cicatrices en su alma. Pero escucharlas de los labios de su propio hermano, de la persona que más amaba y en quien más confiaba, era como un puñal en el corazón. La traición en esas palabras la rompió en mil pedazos. 

Harry, al ver la devastación que había causado con sus palabras, recibió una mirada fulminante de parte de Ron, quien estaba parado en la puerta, presenciando la escalada de la confrontación.

Nova salió de la habitación precipitadamente, con lágrimas aún recorriendo sus mejillas mientras se dirigía a toda prisa a su cuarto. Al llegar, se apresuró a secarse las lágrimas, pero la puerta de su habitación se abrió de repente.

—Nova —escuchó la voz de Harry a sus espaldas, y su tono exasperado solo avivó la chispa de ira que había encendido en Nova.— No fue mi intención, pero lo provocaste y...

—¿Lo provoqué? —ella lo miró con furia ardiente en sus ojos, su voz temblando con la intensidad de sus emociones,— ¿Lo provoqué? —repitió con rabia, su voz elevándose con cada palabra que salía de sus labios,— Me has echado en cara lo tonta que soy, lo irritante que llego a ser, cuando tú te la pasas quejándote de todo. No me he quejado de nada. No me quejo de que usen mi nombre para hacerte resaltar mientras a mí me ven como una niña tonta que no sabe cuidarse. —Su voz, cargada de emoción, se elevó hasta llenar la habitación.