La mañana comenzaba con la habitual y fresca mañana, el cielo despejado, aves cantando y bosque que armonizaba el campamento.
Un cansancio profundo los hacia mantenerse en sus crujientes y necesarias camas, los sueños eran variados, desde triunfos y romances, hasta llegar a tener un repentino sueño de ganar el concurso.
De repente un pequeño pajarillo de plumas rojizas que resaltan ese copete característico de su especia, conocidos por ser carpinteros de la naturaleza, revoloteaba en el campamento en busca de un perfecto tronco o una merienda. Topándose con uno en particular que poseía unas características vistosas para él, desde lo recto que estaba, su gran altura y tener esa característica llamativa en la punta. Parecida a una semilla pero de color brillante y con proporciones anormales, comenzó a taladrar con gran esmero con la esperanza de llegar al néctar.
Como si fuera una tradición, todo el elenco se mantenía rígido en sus posiciones que toman para dormir, interrumpidos como todas las mañanas por aquel megáfono que suele usarse como un despertador.
Pero a diferencia de escucharse unas trompetas, se escuchaba un ruido muy similar a una chicharra muy aguda.
-¡Se me olvido la tarea! –dijo Amy despertándose exaltada cuando la interrumpían.
-¡Hey! Cálmate, no queremos otro susto como el otro día.
-¡Perdón! Perdón, es que a veces cuando interrumpen mis sueños, suelo ponerme un poco histérica.
-Te entiendo, estos tontos siempre se esfuerzan en levantarnos muy temprano, aunque me sorprende que no usaran el mismo tono.
-Su forma de despertarnos es muy normal en mi pueblo, en Australia suelen levantarnos con una cubetada de agua fría.
-Recuérdame que nunca voy a ir a tu casa. –dijo Ellie entre risas
Levantándose de sus camas más a fuerzas y con ojeras marcadas, salieron de su cabaña para recibir las nuevas instrucciones, pero algo andaba mal, la luz del día aun no aparecía como a su hora habitual, los demás aun no salían de sus refugios y los presentadores no estaban.
-¡Pero... y los demás, no veo a nadie!
-¡Chicas! Buenos días –tercio Lil con una pequeña canasta de frutas-. Me alegra que por fin se levantaron mas temprano.
-¡¿Temprano?! –objeto Ellie impresionada
-Entonces... ¿Qué hora es?
-Son las 5:35 a.m. –revisando su reloj de muñeca
-¡Que mierda! Ahora si se pasaron hoy.
Una vez mas el ruido se presentó, aturdiendo y agudizando los oídos del trio de chicas que se encontraba debajo, Lil volteo hacia arriba hasta ver que se trataba de un pájaro carpintero que taladraba la enorme bocina.
-¡Oh!... es solo un pequeño pajarito, debe tener hambre lo bueno es que traigo una vallas que de seguro le gustaran...
-¡Es enserio, pedazo de porquería, solo baja y veras que yo misma te daré de comer! –amenazo con gran furia en sus ojos
-Amy, tranquilízate es solo un pajarito. –objeto Ellie
-¡Nadie interrumpe mis mañanas, excepto mi perro y mi mamá! –tomando piedritas para arrojárselas.
-¡Amy no!...
Como de costumbre, si no eran unos eran otros, aquel escandalo termino por despertar a los demás que salían para contemplar como las tres chicas forcejeaban e un intento por detener el ruido, manchándose de tierra y vallas que las dejaban azules y pegajosas.
ESTÁS LEYENDO
Campamento Desventura el libro
RandomEn un programa de televisión en vivo y en directo, un grupo de concursantes se aventuraran por 8 semanas en un antiguo campamento, sometidos a retos que no cualquiera podría soportar, comida que solo dios sabe que es, una serie de acontecimientos, m...