Capítulo 45 Secretos

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A la mañana siguiente las horas tempranas son favorables para las mejores actividades, después de ayer las jovencitas Amy, Ellie, Gabby y Ginny aprovechaban los recursos naturales de su alrededor para crear pequeñas casitas a los pájaros, levantar refugios nuevos, llevar alimento a los animales y ofrecer les protección. Cómo se había visto en los últimos días; el caos y devastación de los árboles, pinos, cedros, árboles de Maple y entre otras vegetación es que ofrecen un hogar caliente y seco, eran vilmente talados por los pasantes, quienes no parecían detenerse nada más con los árboles cercanos al campamento, después de todo sus intentos por destrozarlos al momento de caer, por las noches se veían interrumpidos por el imponente pie grande -ese enorme primate le encanta estropear las maquinarias y aplastar a algún que otro malhechor.

Así como el día anterior, en esa misma mañana el cuarteto de jovencitas defendía a diestra los derechos de la naturaleza. Solo era necesario un pequeño acto de gentileza y conocer un poco de refugios renovables para colocarlos en la naturaleza. Uniendo sus habilidades y conocimientos finalmente tenían una misión: ayudarlos a recuperar su hogar o por lo menos brindarles otro.

Los conocimientos de Amy como cazadora le permiten encontrar a aquellos que deambulaban en la zona, y con un poco de paciencia podían rescatar a los mapaches y roedores que necesitaran atención médica. Toda una colaboración de las jovencitas. Brindando semillas, pan, agua limpia y fresca, buenos cuidados, curar las heridas de cortadas o magullones que Ginny y Gabby se dispusieron a atender. Pues ambas conocen mejor la zona y sus habilidades naturales. La joven más alta y de pelo castaño lideraba el grupo con espíritu valiente y coraje en sus ojos de color miel cuando de vez en cuando giraba la vista con dirección a esa escena tétrica que tanto la hacia perder la serenidad: el bosque siendo talado día tras día, noche tras noche y no tenían suficiente.

Interesante es la historia de la joven de cuando de más chica decidió difundir en su pueblo natal -que curiosamente y gracias a ello; aprendió mucho de los bosques canadienses y de las faunas que puede encontrar-, la idea de proteger a indefenso, sembrar mayores números de plantas, cuidar el agua y disminuir el consumo de carnes. Tan solo escucharlo sin antes contemplar las consecuencias que traerían en un futuro, sus familiares y amigos solo se rieron de ella y propiamente de las propuestas saludables y de bajo costo. Impulsada por el coraje y un bondadoso espíritu, se aventuró a las costas de centro américa, protegiendo ríos y lagos, limpiando los de residuos tóxicos. A su vez, se había hecho de muchas amistades en el centro de América hasta el mismo sur del continente. Conocida por las huelgas y marchas de protesta que si no fuera lo suficientemente intuitiva, no se habría percatado de las veces en que mandaban policías o agentes para ir investigar sus movimientos. No obstante, la joven no sentía miedo o vergüenza alguna de defender sus creencias y sobre todo, sentía una misión espiritual en inculcar a otros a seguirle el paso.

-Recuerden chicas -decia la joven-, si ponemos los refugios debajo de otros árboles que estén cerca de las cabañas esa gente no se atreverá a talarlos.

-Me duele la espalda y los pies -comento Amy, acariciando sus adoloridas extremidades -, deberíamos de ir al lago o ir a explorar el bosque como Lil y los muchachos.

-Y pisar una trampa ¡Sí! Que buena idea. -añadió Ellie mientras recogía ramitas y hojas pesadas.

-Podremos alcanzarlos después, por ahora lo mejor será terminar los refugios antes que venga la lluvia.

-Toda la zona norte está muy nublado, desde aquí puedo ver la enorme montaña cubierta por unas espesas nubes. -comento Gabby, mirando al norte.

-Tenemos como una hora muchachas -informo Ginny-, no perdamos mucho tiempo y terminemos.

Manos rápidas y creativas se pusieron en marcha asta que finalmente terminaron antes que las primeras gotas llegarán. A pesar de que las nubes llegaban de un gris oscuro, la llovizna hacía un ambiente relajado y poco ruidoso para ir al Gran comedor y disfrutar de las golosinas y panquecitos que hicieron ayer.

Campamento Desventura el libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora