Capítulo 54 El eclipse

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El amanecer todavía no nacía y el caos apenas comenzaba.

A kilómetros del campamento... un  escuadrón operativo de soldados de operaciones especiales se dirigían a las mismas tierras desoladas. Atravesando el extenso océano, las enormes montañas, los inmensos y espesos bosques donde irían a rescatar a los rehenes y detener al mal que estaba a punto de surgir.

Dos enormes helicópteros armados con lo mejor, y un pequeño ejercito de veinte soldados que tenían su objetivo claro; eliminar a todo ser humano que les apuntará.

Entre ese pelotón uno de ellos se destacaba por tener la cabellera roja y una barba recortada. El hermano mayor de Lil -comandante de ese pelotón-, estaba muy atento buscando en su radar una señal o indicio que los acercaran al campamento y a sus peligros.

-¡Señor! -dijo uno de los cabos- ¡Recibimos una señal!

El joven soldado saco un radar especial para recibir señales y ubicaciones con mayor precisión.

-¿Cuál es el informe, cabo? 

-Estamos a 20 kilómetros de su posición. Es un mensaje de el operativo de inteligencia.

-¿De inteligencia? -formulo confundido-. Entonces los agentes están vivos, creíamos que los eliminaron hace días.

-¡Señor! -decia preocupado-. El mensaje lo enviaron ayer en la noche, apenas la señal pudo llegar a nosotros debido a la interferencia de las montañas.

-¿Qué dice el mensaje?

-Solicitan una evacuación urgente para los sobrevivientes...

-¿¡Sobrevivientes?! No puede ser... entonces es verdad lo que dijo mi hermana. Esa gente no son lo que todos creían que eran... ¡Atención a todos! ¡Cuando lleguemos quiero que de inmediato busquen a los sobrevivientes y los traten con cuidado! ¡Estarán muy aterrados y no queremos que nos confundan con mercenarios! Cuando los encuentren deben de traerlos a los helicópteros mientras nos encargamos de esa gente.

¡Eliminen cualquier amenaza!

Tomaron la nueva ruta que los llevaría al territorio de Patakawa y cuando por fin llegaron, vieron al cielo algo estremecedor... Las grandes nubes tan negras como el humo, truenos y relámpagos de colores de miedo, las olas del lago y del océano se arrojaban con tanta fuerza que casi derriban a los botes. De inmediato los soldados y el comandante sintieron helar su sangre cuando vieron que debían de entrar en ese lugar de muerte y sufrimiento.

Vieron a las alturas el campamento. Aterrizando de inmediato para bajar precavidos sin dejar de apuntar a cualquier dirección.
El comandante en persona bajo de su helicóptero y fueron directo a buscar en las cabañas, pero lo único que encontraron fué que todo estaba vacío y con marcas de balas y explociones que rodean todo el campamento. Preocupado por creer que habían llegado tarde, vieron a los lejos como un enorme remolino de nubes negras y rayos morados casi se convertían en un enorme tornado.

El comandante saco sus binoculares y divisaba a lo lejos de como ese enorme remolino de mal presagio, giraba en la parte trasera de la montaña norte.

-Lil... Aguanten un poco más, ya estoy aquí... Solo espero que no sea demasiado tarde.

Antes de que llegaran, a plenas horas de la madrugada, Jared, Carlos y parte de su ejército llegaron a su improvisada base para comenzar con la última fase... Abrir la gran puerta de piedra que se ocultaba de una gran cascada.

Nuestros valientes rebeldes apenas pudieron cerrar los ojos, sin beber, comer algo, recibir buenos tratos. Sentían sus cuerpos débiles y sus espíritus cansados de ese mundo de sufrir.

Campamento Desventura el libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora