Avergonzado

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En la Mansión del Edén, todos estaban esperándolos.
Ya Qin Shin Huang y Hirts los habían puesto al tanto de las medidas tomadas por Zeus así que no les resultó difícil ponerse al día con lo que estaban debatiendo.

-Por el momento, las valkirias permanecerán cerca de la mansión - dijo Brunilda a los presentes - Organizaremos todo para ello. También los mantendremos informados si hay noticias sobre Loki o Poseidón. Por mí parte, vigilaré al padre de los dioses.

-Yo te ayudaré con eso, Brunilda - dijo Adán - después de todo, ese viejo debe pagar por jugar con mis hijos.

Sasaki miró en dirección a la guerrera.
Se sentía un poco distante de la conversación pero no podía evitarlo. Sabía que la mayor de las valkirias no estaría de acuerdo con lo que planeaba hacer y pudo reconocerlo fácilmente en el tono de su voz.

Pese a todo, Brunilda aún mantenía un profundo rencor hacia los dioses. Antes y después del Ragnarok, nada de eso había cambiado. Y no podía culparla, los dioses se habían ensañado con ellas y con los demás.

Una mano se acercó a sostener la suya. El samurai levantó la vista hacia su acompañante. El mayor de los dioses griegos lo había tomado para tranquilizarlo. Sasaki agradecía el gesto. Él confiaba demasiado en Hades y sabía que mantendría el secreto sobre la búsqueda de Poseídon.

Sin embargo, debían ser cuidadosos. El dios de los mares no era alguien débil pero sí era impulsivo. En cuanto alguien se acerque a él probablemente los mataría.

-Por mí no hay problema, Bu-chan - comentó Budha retirándose - yo también me mantendré cerca de los dioses. Adiós - dijo finalmente para despedirse de los humanos y salir de la sala.

-Nosotros regresaremos a nuestros panteones. De nada sirve que estemos aquí - dijo Shiva señalando a Thor

Antes de marcharse, el dios nórdico se detuvo para hablar delante de todos.

-Me uniré al ejército del Valahalla. Soy consciente de los poderes y hábitos de Loki... - los demás oyentes incluso el vicecapitán de los Shinshegumi y las valkirias fijaron su mirada en él - yo mismo haré que sea enjuiciado por lo que les hizo - sentenció con gravedad.

Luego despidiéndose de Lu-Bu, salió del lugar.

-Ese dios sí que sabe intimidar - dijo Raiden para ser reprendido por Trud.

Mientras los demás regresaban a sus habitaciones y otros acompañaban a las valkirias a la salida, Belzeebub se acercó a los recién llegados.

-Hades, pensé que no vendrías aquí. Qin me dijo tus sospechas sobre Poseidon. Por ahora, regresaré a la oficina. Hay algo que quiero investigar. ¿Vendrás conmigo? - dijo el demonio.

-Sí, Belzeebub. Iré en un momento - dijo el dios griego.

Belzebub asintió para luego ser acompañado por Tesla hasta la salida.

-Sasaki, le diré lo que haremos a Belzeebub. Confío en él y puede ayudarnos si es necesario.

-Lo sé, puedo ver qué son buenos amigos- dijo Sasaki casi inaudible, había seguido con la mirada a dioses y humanos. Una extraña sensación le impactó por un momento.

Hades vió que el humano no apartaba la vista de la salida.

-¿Sucede algo, Sasaki? - preguntó un poco preocupado

-No, quizás debo regresar a descansar un poco. Será mejor que vayas con él - comentó viendo al dios - nos vemos mañana

El humano acortó la distancia con timidez. Quería que Hades dejara de preocuparse por un momento.

Levantó su mano y acarició la mejilla ajena con ternura.

-Ten cuidado. Si algo sucede, búscame - dijo el dios sosteniendo aquella mano que lo acariciaba.

-Lo haré, Hades-san - dijo Kojiro para luego ver al inmortal besar la palma de su mano y después alejarse.

-Debo reconocer que nunca esperé que Hades fuera tan tímido - dijo el emperador - después de aquel beso pensé que subirían y caerían en los brazos de morfeo - comentó con una sonrisa pícara mientras se acercaba al oído del japonés - supongo que ambos se van a tomar su tiempo.

Rápidamente Sasaki sonrió dejando a un emperador sorprendido.

-No todos tenemos prisa, Qin. Además quiero ver a Okita, me preocupa lo que ha sucedido con la visita de Loki.

-En eso tienes razón. Nadie lo hubiera imaginado pero no lo hará de nuevo. No ahora que gracias al Consejo no saldrá ileso - dijo con tono amenazante el humano - Vamos, vamos a ver al enano - expresó dando la espalda para dirigirse hacia las escaleras.

-Sí estuviera despierto, Okita no te dejaría vivo por llamarlo así - recordó Sasaki ya que varias veces había detenido las provocaciones del emperador hacia el joven samurái. Un día, posiblemente cuando él no esté, Soji lo mataría.

-Es una buena oportunidad hacerlo mientras puedo, ¿No? - ambos mortales sonrieron ante el comentario.

La tensión se había esfumado.

Sasaki se despidió del emperador después de ver a Okita descansado en compañía de Kondō y la Valkiria.

El joven samurai se encontraba estable y respiraba con tranquilidad.

-Nosotros cuidaremos de él, gracias por venir - dijo la valkiria a los humanos.

Emperador y samurái salieron de aquella habitación.

El espadachin caminó lentamente hacia su cuarto y se recostó en aquella cama.

Un suspiro se escapó de sus labios.

La sensación extraña había desaparecido pero no podía evitar sentirse intrigado.

-"Quizás solo estuve sobrepensando en ese momento"- pensó para sí mismo mientras se quitaba su coleta dejando caer su cabello.

Miró por un instante sus manos, la calidez de la caricia hacia Hades aún permanecía latente en las yemas de sus dedos.

Sasaki se levantó. No quería seguir avergonzándose y todo por el comentario de Qin.

Rápidamente se desvistió para prepararse a dormir. Vió como algunos de sus moretones tardaban en sanar.

-Hirst tenía razón. No debí excederme al salir de paseo - aunque no le dolían seguían siendo una molestia para poder moverse - pero supongo que si no lo hubiera hecho, no habría podido hablar con él - dijo con una pequeña sonrisa.

En ese momento recordó su encuentro con el dios. Revivió su confesión y la respuesta de Hades guardadas en aquel beso.

-Definitivamente, quiero hacerte feliz Hades-san - dijo el mortal al mismo tiempo que la puerta de su habitación abría.

-Sasaki... - dijo aquella voz

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