Tercera Ronda

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Ahí estaban.

Saski Kojiro, el mayor perdedor de la humanidad, había invitado su Volünder haciendo que en sus manos aparecieron las dos katanas gemelas.

El tirano de los mares se encontraba frente a él, observándolo fijamente. De pronto, lanzó un ataque con su tridente. Imperceptible para los espectadores.

-Poseidón decidió usar ataques sencillos en vez de sus técnicas sofisticadas - comentó el propio Heimdall  a los espectadores.

Sasaki retrocedió, permanecía atento a su rival tratando de anticipar alguno de sus avances. Corte tras corte, su rostro y su cuerpo recibía los golpes revelando surcos de sangre.

-"Es inútil. Aunque puedo ver sus movimientos no puedo detenerlo"- pensaba el samurái.

A su espalda, el dios Hypnos miraba perplejo la situación. No había estado durante el Ragnarok, debía hacer que la pelea terminara con la victoria del humano. Solo asi podría despertar de sus temores.

Vió al público que apoyaba al japonés. Posiblemente podría haber una manera de ayudar al samurái pero debía influencias sus pensamientos.

De pronto, el dios griego lanzó una torrencial lluvia de golpes como el gran diluvio en épocas  de Noé.

-"Si esto sigue así, el humano morirá" - pensó el dios del sueño.

El humano se protegia sin descanso. Lograba ver la figura de Poseidón pero no podía lastimarlo. Como un reflejo sobre las aguas, la imagen se diluía para su mala suerte.

En ese instante, toda la arena se convirtió en un profundo mar.

-"ahora estás en mí poder, humano" - comentó para si mismo Hypnos

Kojiro sentía que se hundía más y más en aquellas aguas.

-No puedo creer lo que está pasando... - susurró sintiendo su cuerpo hundirse - pensé que por fin podría lograrlo. Aún falta mucho más....

Escuchó el ruido metálico de las armas chocando.

-Parece que esta vez tampoco voy a ganar. Siempre es lo mismo... - decía al borde de la resignación.

-"Es hora. Debo utilizarlos a ellos. Seguramente eso cambiará todo "- comentó el dios del sueño.

Una vez dicho esto, unas manos comenzaron a cubrir el cuerpo del japonés.
Sasaki Kojiro abrió los ojos con sorpresa al reconocer a cada uno de sus maestros de la espada que enfrentó en vida.

Kojiro despertó de su ensoñación para mirar detrás de él. Todos sus maestros estaban gritando por él.

-¡Kojiro!

-¡Kojiro!

Repetían al unísono .

-¡Sigue luchando, Kojiro! - gritó uno.

-¡Aqui comienza la verdadera batalla, Sasaki!

Cada uno lo alentaba a seguir. Sobre todo, su último rival, el samurái Musashi Miyamoto.
-¡Muestrales el espíritu de un verdadero espadachín! ¡Ahora es el momento!- gritó quien le había quitado la vida.

Sasaki sonrió. Definitivamente podía ganar.

-Eso tontos tienen razón. Esta vez no es diferente a otras veces. ¡Después de que pierdo es cuando siempre brillo! - gritó para seguir contrarrestando los ataques del tirano de los mares.

Solo una vez. Solo una vez necesitaba para vencerlo.

Finalmente, sus esfuerzos lo lograron.
Sasaki acertó al desviar el tridente de Poseidón.

-¡Yo también quiero ganar! - gritó con fuerza llamando la atención del tirano.

El humano cerró sus ojos para concentrarse en la información que transmitía la creación para él. Ahora podía anticipar cualquier movimiento del dios de los mares con exactitud y lo esquivaba con facilidad.

-Finalmente estoy aquí, dios de los mares - dijo enfrente del inmortal quien mantenía fija su mirada en él.

Poseidón atacó por última vez. Sasaki lo hirió de muerte.

Cuando lanzó el último ataque, el humano despertó.

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-Mi señor Poseidón he logrado recuperar al humano de su maldición - dijo el dios con nerviosismo - pero no debería entrar aún

-Tú no puedes ordenarme nada, escoria - replicó con gravedad

-Lo sé , mí señor pero ....

-Apartate - ordenó para después abrir la puerta con fuerza.

Lo que vió lo dejó sin aliento.

Sasaki Kojiro estaba sentado sobre aquella cama observandolo.

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-Sasaki - dijo el dios acercándose hacia él y estrechándolo contra sus brazos.

El mortal no entendía que estaba sucediendo. Solo recordaba que Poseidón había intentado abusar de él. Luego todo se volvió oscuro.

-Alejate de mí - gritó empujándolo.

El dios se apartó. No debía dejarse llevar por sus emociones otra vez. Kojiro al fin había despertado. No lo pondría en peligro otra vez.

-Mi señor, por favor. El humano acaba de despertar no es bueno para su salud que...

-¡Lárgate, Hypnos!- ordenó con firmeza.

El dios inferior se arrodilló de inmediato temblando.

-Sasaki, tranquilo - expresó el tirano volviendo a mirar al mortal con cierta dulzura - No volverá a pasar. Todo estará bien, yo no te haré daño, déjame....- dijo acercándose peligrosamente a sus labios.

-¡No, Poseidón!. ¡Vete! - repitió Kojiro levántandose.

Sintió un mareo repentino. Las imágenes de su batalla con Poseidón... El había enfrentado a Poseidón...

El dios griego vió al einherjar  tambaleándose.

-¡Sasaki!- dijo el dios pero el japonés interpuso sus brazos para detenerlo.

- Sasaki... ¿Acaso aún no lo entiendes... Yo te amo... Estoy enamorado de ti... ¿Por qué no puedes entenderlo? ¿Por qué sigues apartándome?

-¿En serio crees eso, Poseidón? - expresó el samurái agachando la mirada. El tirano sintió una punzada ante ese gesto - ¿Por qué? ¿Por qué ? Siempre tratas de justificar tus acciones. Pero la verdad está frente a ti .  Tú eres la razón por la que estoy aquí. Tú has provocado esto.

Sasaki dirigió su mirada hacia el exterior. Estaba en un callejón sin salida. Ya no tenía más formas de decir la verdad. Se sentía una golondrina enjaulada por el inmortal. El dios jamás lo dejaría en libertad.

-¿A qué te refieres, Sasaki? ¿Qué es lo que...

-Siempre he estado peleando contra ti, Poseidón - el dios abrió los ojos en sorpresa. El samurái continuó - antes en la tercera Ronda; después en la fiesta junto a mi familia y las valkirias e incluso ahora debo seguir - el samurái volteó a verlo.

Poseidón vió de nuevo aquella mirada durante su batalla.

-¿Es tan difícil para ti, amarme? - preguntó finalmente el tirano sintiendo otra vez el temor de perder al único ser digno para él.

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