Vehículo

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Ya faltaba poco. Al menos eso era lo que mantenían en mente.

Sobre aquellas aguas, cinco viajeros regresaban al Valahalla.

Aunque cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos, Simo Häyhä no estaba tranquilo. Era un error. Loki podría estar mintiendo y usarlos para ver a Okita Soji de nuevo.

No podía permitirlo.

-¿Por qué aceptaste la propuesta de ese loco, emperador? - dijo con gravedad el francotirador. Su enojo estaba aumentando, no toleraba estar en la misma embarcación que ese dios nórdico -  No es la primera vez que nos engaña a todos. ¿Acaso debo recordarte lo que nos hizo en la fiesta? - se acercó a Qin Shin Huang quien solamente lo observaba - Viste como estaba Okita, ¿Quieres verlo así de nuevo?

El einherjar chin no respondió. Casi ignorándolo, regreso su vista a la orilla que comenzaba divisarse. El emperador Aceptaba todas las quejas de sus acompañantes porque estaba de acuerdo con ellos.

-¡EMPERADOR! ¡ACASO NO PLANEAS RESPONDERME! - gritó inesperadamente para el resto Simo. Casi no intervenía en las discusiones. Su modo de ser era solitario y analítico. Este se acercó hasta tomar de aquel top y encajes de oro que vestía el emperador con fuerza.

-No tenemos salida -expresó sin ningún rastro de nerviosismo o temor. Qin Shin Huang devolvía la misma mirada amenazante al francotirador - Sé que es peligroso. No me subestimes, Simo. Pero es el camino más rápido para encontrar a Sasaki - dijo para luego de un golpe, quitar la mano del finlandés - solo puedo procurar proteger a Okita mientras estemos con él.

En esa misma barsa, Hermes y Nikola escuchaban la discusión. Loki se mantenía sereno en la popa de la embarcación. De vez en cuando, miraba con interés hacia los humanos. Ese grupo era bastante divertido, lástima que las circunstancias hacian que no pudiera disfrutar como deseaba.

De pronto oyó las últimas palabras del emperador. Debía reconocer que su fama era la peor de todas. Solo quería encontrar al pequeño samurái.

-"Ese enano me odia. No hay duda que los demás también. Pero este veneno me deja sin opciones. Debo verlo si no llegan a salvar a Hades a tiempo" - pensaba - "Si les digo dónde están, no tendré otra oportunidad para estar con el humanito " - Loki sabia que era egoista.

Haría todo lo necesario para cumplir su deseo.

Poco tiempo después, desembarcaron. Hermes se alejó hacia Caronte.

-Buscaremos a tu rey. Mantente alerta si otro dios irrumpe en el Inframundo

La criatura asintió para rápidamente desaparecer sobre las aguas.

Recorriendo el mismo camino hacia el Valahalla.

El francotirador en silencio los seguía desde el fondo.  El dios mensajero iba acompañando al emperador, mientras Nikola vigilaba al nórdico.

-Emperador - llamó amenazante el finlandés.

Qin se detuvo. Otra vez estaba retándolo. Admiraba el coraje pero le enfurecía el momento.

-¿Cómo planeas entrar con ese dios? - preguntó fingiendo desinterés. La verdad es que no tenía ninguna intención de ayudar al desgraciado pero al menos quería saber lo que sucedería por si debería detenerlo.

-Lo llevaré a la terraza. La habitación de Okita se encuentra cerca. Uno de nosotros se quedará con él, mientras otro buscará al enano. Un tercero se quedará abajo ante una posible huida.

-¿Estás loco? Es el peor lugar. Todos sabrán que está ahí - interrumpió el finlandés.

-Es el mejor lugar- agregó de repente el cientifico - Piénsalo, podemos hacer que el vice capitán y la Valkiria salgan de la habitación. Podremos vigilarlo estando ahí y será fácilmente capturado si intenta huir.

Simo bufó con molestia. Era demasiado sencillo pero su intuición le decía que no debían confiarse.

-Simo, eres libre de hacer lo que deseas pero no a desafiar mis decisiones - dijo grave el emperador.

-Emperador Qin ... - trató de calmar Nikola

-Me quedaré afuera. Ustedes vayan adentro con él - dijo resignado el francotirador para quedarse en las afueras de la mansión. No quería profundizar en una disputa con el chino.

-Humanos - llamó el dios mensajero haciendo que todos lo observaran - Los poderes de Loki son bastante molestos. Algo pudieron ver durante el Ragnarok. Deben tener cuidado, sobre todo, con su habilidad de transformarse.

-Lo tendremos - respondió el emperador - ahora vamos, esta noche debemos llegar a la mansión.

Después de la advertencia, el dios griego se despidió y alejó del grupo.

Hermes ya había decidido regresar junto a Zeus.

-Lo mantendré vigilado. No sería extraño que el padre de los dioses también quisiera intervenir en favor de Poseidón. Soy el único que no levantaría sospechas y que conozco demasiado bien a mí padre.

-Tienes sentido - expresó Nikola - Zeus ha estado evadiendo su castigo desde la fiesta. La justicia de los dioses está de su lado y no dudaría en usarla.

-Bien, ve, hijo de Maya - aceptó el emperador - sabes dónde estaremos.

Una vez solos, los cuatro estaban a pocos metros del camino principal.
Loki bufó exasperado. No entendía por qué se demoraban tanto. Decidió al menos, molestar un poco.

-Y bien, humanos.... ¿Cómo veré al enano? - dijo con una sonrisa burlona que aumentaba los deseos de aniquilarlo.

-Eso no te interesa - desafío el finlandés

-Él tiene razón, hemos perdido mucho tiempo. Tendremos que usar tu invento Nikola - dijo el emperador.

-No hay problema. Les advierto que puede causarles mareos - expresó el científico mientras remontaba su mochila y preparaba una especie de maquinaria portátil.

Unos segundos despues, una especie de automóvil estaba frente a ellos.

-Aun no he ajustado su velocidad. Seguramente le sorprenda el diseño pero era un vehículo común en mí época. Le hecho otras modificaciones que lograrán aumentar su velocidad como mí traje.

-Estoy acostumbrado a la velocidad - dijo el finlandés mientras empuja al interior al dios nórdico - vámonos ahora

El emperador miró rápidamente el vehículo, era extraordinario. Sin perder tiempo, se subió en el asiento del acompañante, mientras Nikola conducía.

-deben sostenerse, llegaremos a la mansión en 5 minutos.

Una explosión se sintió a continuación. Ninguno lo vió venir.

Ese vehículo, sorprendentemente, los había impulsado hacia delante.

Sin una imagen clara, el emperador esperaba no haberse equivocado en confiar en el científico.

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