¿Por qué?

¿Ganar o perder?

En medio de aquella habitación, ninguno cedía ante los ataques del otro.

Uno tras otro, el resplandor de cada choque atravesaba como cuchillas la celda.

Apenas uno de los dioses podía mantenerse de pie ante los avances de su hermano.

Con su cuerpo temblando, su pulso se ralentizaba con cada embestida que cubría.
A pesar de que Poseidón había permitido darle su arma, su agarre apenas la sostenía.

-Hades. Rindete. Estas a punto de morir- expresó el tirano sin emoción. Mantenía los ojos fijos en el otro, esperando la oportunidad perfecta.

Al menos lo mataría al instante, sin agonía.

-Tienes razón, hermano. Pero lo único que me queda es seguir luchando - dijo el mayor extendiendo su lanza en dirección a su hermano - Ven a mí, Poseidón - gritó con todas sus fuerzas.

-"Era la última oportunidad"- pensó antes del impacto .

-------Unos momentos antes--------------------

Proteo se había marchado.  Sus órdenes habían sido claras y desesperadas.

- Ya debe estar lejos de aquí... - pensó imaginando el final de todo. Si el sirviente lograba llevarse a Sasaki, solo debía lidiar con su hermano menor.

Habría una lucha.

Miró hacia aquella puerta que lo mantenía encerrado en el templo submarino. Tanta veces había esperado poder atravesarla y buscarlo. Ver cómo estaba, escuchar su voz y perderse en sus ojos otra vez. Sasaki lo calmaría, él trataría de protegerlo.

No.

En este momento, ya estaba protegiéndolo.

El rey del infierno sabía que en poco tiempo vendría. No tenía la menor duda de eso. Todo dependía de él ahora.

Suspiró.

Gracias a Proteo había conseguido la fuerza suficiente para enfrentarlo. Sin embargo, el dolor no menguaba. Sintió los pasos de su hermano.

Poseidón había llegado hasta la entrada. Su mente sabía lo que debía hacer para acabar con todo. Al entrar, el dios de los mares vió el estado de su hermano mayor.

-"¿Siempre había sido tan débil su hermano?" - se dijo mientras examinaba con detalle al prisionero - "¿Acaso, ahora que estaba frente al dios que más odiaba había sido capaz de ver su verdadera forma? ¿Su estima había desaparecido por completo?"- Definitivamente ese pensamiento le causaba malestar.

Sus recuerdos le mostraban a un dios imponente. Temido por humanos, respetado por dioses. Gobernaba uno de los reinos más peligrosos de toda la existencia, rodeado de dioses tan hábiles como Anubis, Osiris, Hela, Belzeebub, sin embargo, nadie llegaba a superarlo.

En su infancia, lo había admirado. Los únicos que habían despertado interés en él, los únicos capaces de enfrentarlo al grado de pensar en la posibilidad de ser derrotado eran Hades y Sasaki.

El dios frente a él, era solo una sombra aferrándose a la vida.

-Hades ...- llamó el inmortal marino con indiferencia y su mirada clavada en el rostro cabizbajo de su hermano mayor.

-Poseidon - respondió con gravedad, dirigiendo su mirada hacia él. Levantó sus mirada. Impasible, su hermano menor se acercó. Descendió hasta llegar a su altura. Le producía mucha satisfacción saberse ganador frente a él.

Sasaki estaba inconsciente. Buscaría la forma de despertarlo y una vez que Sasaki regresara, lo entregaría todo.

-Ya no debes esperar por él - comentó resuelto.