No escaparán

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-¿Qué ..... está sucediendo? No.... - dijo con voz temblorosa. Todo en su cabeza era un mar de confusiones - Hades...-san - era lo único que podía articular

No podía entender lo que estaba ante él.

-¡Sasaki, sal de aquí! - ordenó el dios griego mayor mientras miraba fijamente a su hermano. Apretaba sus puños con fuerza, sentía una enorme preocupación abrumar sus sentidos. Debía hacer algo, debía sacar a Sasaki de ese templo.

Loki y Poseídon podrían tener una trampa más para ellos y todavía estaba latente la amenaza de la semilla.

-¡Sasaki, vete! - gritó de nuevo pero el samurái no le hizo caso. Kojiro permanecía inmóvil, con ojos angustiados y labios entreabiertos.

Hades no quiso ser brusco, tampoco retrocedió, avanzó hacia adelante desafiando al tirano de los mares que veía entretenido el intento desesperado de su hermano. Lo conocía demasiado bien para su mala suerte. Seguramente Hades estaba ideando la manera de alejarlo de Sasaki.

Poseidón sonrió ante el pensamiento.

Ahora que había probado los labios de su amado humano, no existía ninguna posibilidad para ellos.

No escaparán.

Y no lo dejaría ir.

Poco a poco, Sasaki Kojiro le estaba perteneciendo completamente.

Levantó su mano para colocarla detrás de su nuca. Similar a lo que hizo durante su batalla, su cabello le impedía ver con detalle las expresiones de su hermano. Otra vez, miró amenazante hacia su hermano mayor. Sabía que ambos estaban conteniendose por el humano.

-Supongo que ya no es necesaria mí presencia aquí, ¿verdad Posei? - dijo el dios nórdico con picardía alejándose de Hades. En otro tiempo, la pelea entre esos griegos le habría producido un enorme placer y entretenimiento. Una lucha así era un evento extraordinario por no decir único. Hermanos luchando a muerte, dioses cegados por sus propias pasiones y deseos. Luchando a escondidas de los demás panteones, siendo perseguidos por el ejército del Valahalla. Y para completar el cuadro, por el amor hacia un simple humano.

Todo parecía irreal, una increíble fantasía. Pero, quería salir. El ambiente se había tornado tan tenso y pesado que, incluso él , sentía que no podía respirar. Además, la semilla estaba empezando a afectar sus sentidos.

Poseidón había logrado hacer un excelente engaño. Un plan bastante perfecto, debía reconocerlo. No obstante, ahora lo más importante era salvarse. La maldita semilla estaba haciendo estragos y solo el dios de los mares sabía cómo liquidarla.

-Vamos, Posei. Sé que tienes mejores cosas que hacer que escuchar mí molesta voz - dijo mirando hacia el mortal en la entrada del templo - solo dame el antídoto y me iré sin causar molestias.

-Sal de aquí, Loki - ordenó con gravedad Poseidon sin siquiera mirarlo. Su hermano empezaba a materializar sus poderes en sus manos. Quizás pensaba invocar su lanza. Eso solo aumentaba la satisfacción de ver a su hermano acorralado ante el destino. Hades estaba a su merced, definitivamente.

Y Loki estaba empezando a estorbarle.

-Está bien, Posei, pero sabes lo que necesito. No puedo marcharme sin que me lo des - agregó con la misma actitud. Sabía que estaba rayando lo sanamente permitido con alguien como Poseidón pero morir no era una opción.

-Sal, Loki. Proteo tratará contigo - dijo sin emociones evidentes el griego. Su atención solo estaba en su hermano y en Sasaki.

- Fue un placer hacer negocios contigo, Posei - dijo alegre alejándose y caminando hacia la salida el nórdico. Al pasar junto al humano, vió que estaba extremadamente preocupado. Podía notar su miedo con solo ver su mirada expectante y su respiración entrecortada. Cuando estuvo lo suficientemente cerca para ser escuchado solo por el mortal, le susurró - es una lástima que no pueda quedarme. El verdadero espectáculo pronto va a comenzar.

Sasaki abrió los ojos en sorpresa. Sabía quién era ese dios. Hubiera sido capaz de contestarle y enfrentarlo por lo que le había hecho a su hermano Okita. Sentía una profunda empatía con el pequeño samurái, y después de la fiesta, Sasaki había estado a punto de experimentar la misma situación en manos de Poseídon sino hubiera intervenido Hades. Pero en el fondo sabía que el dios del engaño tenía razón. La prioridad no era enfrentar a Loki, sino que lo peor estaba sucediendo frente a él.

Loki avanzó hasta la salida.

-Espero que no vuelvas a pedirme este tipo de favores, querido Poseidón - comentó en forma de despedida.

Una vez que se acercaba a la superficie, el nórdico llevó una mano a su cabeza casi cubriendo sus ojo izquierdo. Deslizó un poco su cabello hacia atras. Apretó los dientes con fuerza y gruñó. Odiaba ser utilizado, pero le molestaba aún más sentirse tan acorralado como Hades.
Aunque odiara reconocerlo, sentía cierto alivio de dejar a esos tres atrás.

-Veo que ya está aquí, dios Loki - dijo Proteo acercándose. Estaba esperándolo en las afueras del templo.

-Dame lo que necesito, Proteo. No quiero seguir en este lugar - dijo imaciente acercándose al dios.

El sirviente le extendió una bandeja donde una pequeña semilla yacía en ella.

-No me digas que.... - dijo con hastío. Estos malditos griegos estaban ganando su lugar en el Helheim.

-Si quiere salvarse, le aconsejo que investigue nuestra mitología griega. Después de todo, es una cuestión de vida o muerte - Loki tomó aquella semilla para luego comerla. Al instante, el dios inferior despareció.

-¡Maldita sea!, parece que tendré que ir a ese lugar por un tiempo y pensar en otra solución - dijo el dios del engaño. La semilla solo le daba más tiempo pero el resultado era inevitable.

Antes de salir volando del lugar, el recuerdo de Okita Soji vino a su mente.

-Seguramente se sentirá aliviado por mí muerte - comentó con una sonrisa nostálgica .

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Mientras tanto, en el interior del templo submarino, Hades ya había materializado su arma. Poseídon, en cambio, sonreía. No tenía la necesidad de luchar.

-Sasaki - llamó el tirano de los mares - creo que debemos decirle la verdad. Después de todo no le queda mucho tiempo

-¡¿A qué te refieres?! - gritó Sasaki, sus emociones estaban ganando terreno ¿Poseidón, qué has hecho? - Kojiro vió como Hades bajó su arma. Acaso estaba desistiendo - pensó

- Está bien, te lo diré - dijo Poseidon con altanería, su sonrisa solo crecía aún más - Quizás ha escuchado sobre ese mito. En el Inframundo existe una semilla que es demasiado importante para mí hermano. La semilla de granada, la cual, es parte del Hellhiem. Todo rey del Inframundo debe comerla para enlazar su propia vida a ese mundo - Poseidon hizo una breve pausa para mirar al humano - Hades perdió parte de su fuerza por su.... Primer amor y comer otra vez esa semilla solo condena a morir.

Sasaki palideció al instante.

-¿Morir?¿Hades estaba en peligro? - pensó con angustia. ¿Qué debía hacer? ¿Cómo podía salvarlo?. Su mente era un completo desastre y la situación solo empeoraba más.

-¡Poseidón! - habló con gravedad el dios del inframundo - Esto es entre nosotros, no lo metas en esto - dijo con enojo. No obligaría a Sasaki a nada.

-No, Hades - san - respondió el humano interrumpiendo al inmortal - debo saberlo.... No te dejaré así

-Mi Sasaki.... mí Sasaki es tan considerado.... - sonrió el dios marino - mí hermano tiene poco tiempo de vida a menos que otro dios le brinde el poder suficiente para seguir viviendo - Poseidón se acercó a Sasaki. El humano no retrocedió. Al estar cerca, no le gustaba esa preocupación por su hermano mayor que había en los ojos ámbar de su amado pero solo quedaba un último paso para que todo acabara. El dios levantó su mano para tomar unos cabellos del samurái en una caricia - si quieres salvarlo, debes venir conmigo...

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